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FINAL DE COPA | ATHLETIC - BARCELONA

Xabier Eskurza: "Yo, en esta final, voy a ganar"

El exjugador de Athletic y Barça, va con los leones, pero agradece el trato que le dispensaron en la Ciudad Condal: "Me tocó pasar por el aro hasta que dije basta", recuerda.

Actualizado a
Xabi Eskurza, con su pastor alemán en Barrika.
AIOLDIARIO AS

Xabi Eskurza (Trapaga, 17-1-70), jugó 114 partidos con el Athletic de un total de 256 entre Barça, Valencia, Mallorca y Oviedo, con una Supercopa y un subcampeonato de Copa en su casillero, bajo las órdenes de técnicos del calibre de Kendall, Heynckens, Cruyff, Cúper, Luis Aragonés y Valdano. El que fuera talentoso extremo diestro verá la final de Copa con máximo interés desde su casa de Barrika, frente a unas espectaculares vistas a la cornisa Cantábrica. "Nos ha hecho más daño el miedo a perder con la Real que no ilusionarnos con ganar al Barça", señala en una entrevista para AS el actual responsable de una empresa de asesoramiento de futbolistas, que reclama más "calor" de los aficionados tras el bofetón de la primera final ente la Real.

Se habla mucho de aquel famoso rombo de Heynckes, con Eskurza en la derecha.

Empecé con Howard Kendall, más antiguo que esa remesa, fue una época muy buena. Debuté con Argote, Gallego, Urtubi, cogí ese final del equipo campeón y fue muy emocionante, pero deportivamente lo pasamos muy mal.

El intercambio o trueque con Jon Andoni Goikoetxea entre Athletic y Barça fue algo novedoso.

Me pilló la época del famoso derecho de formación y retención. En aquella época nos podían retener hasta los 25 años, y yo tuve ese problema. Al final, era un jugador de Trápaga, que quería jugar en el Athletic y parece que ese perfil de jugador el club tenía una especie de derecho de pernada. Parecía que teníamos que firmar lo que nos ofreciese. Me tocó pasar por el aro hasta que dije basta. A los 24 años decían que tenía un derecho sobre mí y yo que no, tras cinco años ya con el primer equipo y 15 años en Lezama y el que menos cobraba. Entendía que había llegado mi momento y que ya valía.

Y decidió marcharse del Athletic.

Sí, mi idea era jugar en el Athletic, pero en esa situación decidí marchar y me fui a uno de los equipos que, económicamente, quizás menos me ofrecía, pero sí me interesaba en lo deportivo. Como me iban a retener, les obligaban a poner una cláusula, que me ofrecían sólo un tercio. Me iba a quedar un año y, viendo opciones, consideraron que lo mejor era un intercambio con el Barça y Goiko.

Una puesta en escena el Hotel Sheraton de Bruselas con intercambio de camisetas.

Me incorporé en la pretemporada de Holanda con el chándal del Athletic, luego me fui a Barcelona sin casa ni nada. Me acogió Abelardo en su casa, que le conocía. Me dejaron venir a Bilbao a hacer las maletas. Y sí que empecé muy bien, jugando en la Supercopa.

Supercopa que ganaron al Real Zaragoza a doble partido.

Ganamos bien en La Romareda, tuve molestias en el aductor y el médico me dijo que descansase para la vuelta y en Liga empezaba en El Molinón ante el Sporting. El de vuelta lo perdimos y por poco perdimos la Supercopa, pero por diferencia de goles, ganamos. En Gijón, en la segunda parte, tuve un arrancamiento en el aductor, una lesión complicada. Me tuve que operar, cuatro meses de baja y eso me marcó en el Barcelona, y la temporada siguiente en el Valencia, que todavía no estaba al cien por cien.

Le entrenaron Cruyff, Valdano, Luis Aragonés, Cúper..., casi nada.

Sí, no estuvo nada mal, la verdad.

Con el Mallorca de Héctor Cúper se quedó a las puertas de ganar la final de Copa en el 98 en Mestalla y usted erró uno de los penaltis...

Sí, fui además el que falló el penalti que concedió la Copa al Barça. De cachondeo, los compañeros del Mallorca me decían que qué cabrón, que seguro que tenía alguna prima del Barça. Fue algo impresionante, muy bonito, y la verdad es que tuvimos la Copa en la mano después de ir ganando, prórroga, penaltis y en los cinco primeros penaltis, si marcaba Stankovic, ganábamos la Copa. Había marcado todos los penaltis en Liga y en los entrenamientos y, justo, lo falló. Si yo lo metía, seguíamos tirando y si no, perdíamos.

¿Ve algún paralelismo con la final ante el Barça de este sábado en La Cartuja, en la que el Athletic sería el Mallorca?

No, son diferentes. En aquella época, el Barça era un equipo de transición, no andaba tan bien. Yo había salido hace tres años y habían echado a Cruyff. Tampoco el Mallorca es el Athletic. El fútbol es otro y no encuentro similitudes.

¿La derrota ante la Real en la anterior final puede provocar demasiada presión y desazón ahora para los leones?

Lo veo más en la afición el Athletic. Los profesionales, al final, están más metidos. Había mucho ambiente en la semana previa de la Real, lo de la Gabarra, todo..., y porque la final no fue la esperada, pero se decidió en detalles, igual que yo fallé un penalti y se la das al Barça, concedes un penalti y se lo lleva la Real. Se esperaba más calor hacia los jugadores estas dos semanas. He vistó críticas, veo pesimismo, veo que no hay nada que hacer..., veo la Gabarra escondida y me da esa impresión. Nos ha hecho más daño el miedo a perder con la Real que no ilusionarnos con ganar al Barça. No lo entiendo, o quizás ahora sólo se vive el momento y el resultado en vez de apoyar a nuestro equipo. Parece que somos más si ganas y menos si pierdes. Han cambiado los tiempos y el propio aficionado.

Pero el Athletic tiene que jugar perfecto el sábado y que el Barça no tenga la noche.

Sí, esta final es diferente y más difícil que la Real. Tienes que hacer un partido perfecto y además el Barça no esté bien. A la Real le puedes ganar si juegas bien, con el Barça dependes de ellos. Pero se puede dar, ya se le ha ganado en la Supercopa con un gran partido. Sigo confiando y sí que creo que se puede conseguir.

¿Piensa que Marcelino va a emplear el mismo once que ante la Real?

Creo que tiene que haber algún cambio, sobre todo que algún jugador importante como Capa no está entrando. Puede apretar mucho, dar equilibro atrás y profundidad. La defensa fue de las mejores de la Liga española la temporada pasada; tenemos esos jugadores que hay que recuperarlos y más ante el Barça. Ser sólidos atrás nos va a dar mucho.

¿Algún Eskurza parecido en este Athletic o Barça?

No, me decían en mi época con Jon Andoni Goikoetxea, cuando nos cambiamos para el Barça y tal, y entonces que podíamos ser jugadores parecidos. Ahora, cada uno tiene sus peculiaridades, sus fortalezas y debilidades. Aparte que ahora el fútbol es más intenso, yo quizás era más de banda, que ahora no se estila tanto. Ahora son más versátiles. Es diferente el fútbol.

¿Cuál es la fórmula para parar a Messi?

Puff, es complicado, quizás la clave es no obsesionarse con Messi, si no dónde manda el balón Messi y los compañeros que tiene. Como te fijes mucho en él, igual te la mete Jordi Alba o cualquier otro. Hay que trabajarlo sin obsesionarse en individualidades, pero la clave es más el Athletic que ellos.

¿Pedri es el nuevo Iniesta?

Son diferentes, pero la verdad es que es un chico que sorprende. Iniesta es único, pero no en ese estilo, sí que Pedri es un jugador diferente, que parece que no hace, parece que no corre, que no tiene físico y es lo contrario. Es muy fuerte y técnicamente hace cosas alucinantes, cosas complicadísimas que las hace muy sencillas.

No tendrá el corazón dividido por mucho que pose con ambas camisetas...

No, no, soy del Athletic desde pequeño. Lo que he vivido en San Mamés, no ya de jugador profesional. Un niño por lo que se emociona, por lo que llora, lo que ríe se te queda ahí. Sí que es cierto que tengo una parte para todos los equipos en los que he militado, y el Barcelona me ha demostrado cómo se trata a los jugadores que han defendido sus colores. Ahí sí que me da envidia. Quizás en el Athletic se habla de nuestra historia, pero luego, en hechos, no lo demuestra tanto y el Barça a mí personalmente, que no fui nadie dentro de este gran club con grandes jugadores, me lo ha demostrado. Espero que gane el Athletic, pero si no es así, tampoco me voy a llevar una gran decepción. Yo, en este caso, en esta final, voy a ganar.