Noche grande del Barcelona en la Copa del Rey. El gol de Piqué dejó escenas icónicas que muchos culés recordarán durante mucho tiempo. El momento del cabezazo, a segundos de decir adiós a un nuevo título, supuso un estallido total de alegría entre todos los componentes del equipo azulgrana. Messi fue uno de ellos.

La naturalidad de su celebración, que tuvo hasta cierto carácter infantil por cómo festejó, pone en contexto la importancia del gol y las dificultades actuales que padece el Barcelona para lograr triunfos de los que dan títulos. El '10' saltó casi como nunca se le había visto y corrió de forma alocada a la piña que se formó con todos sus compañeros.

Sin gol

Quizá no fuera el mejor partido de Messi en el plano individual, aunque nunca lo dejó de intentar y su sola presencia produjo un efecto nervioso en el Sevilla. Perdió 28 balones, una cifra alta, aunque se debe tener en cuenta los 30 minutos de la prórroga. Peró completó sus 11 regates, dio 144 toques, dejó tres pases clave... Messi estuvo. Y el Barcelona alcanza la final.