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Las Palmas

El Estadio Gran Canaria cumple 365 días mudo

Las Palmas jugó el último partido ante su afición hace justo un año, contra el Málaga. Alrededor de 9.000 espectadores presenciaron aquel 1-1.

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El Estadio Gran Canaria cumple 365 días mudo
Carlos Diaz-RecioDIARIO AS

Hace un año estábamos derribando las puertas de una las peores pandemias que recuerda España. Más bien, el COVID_19 derribó las nuestras. El país entero se paralizó poco después, cada uno encerrado en casa, por supuesto también inactividad total en el deporte profesional. Todo era anómalo por aquel entonces, mucho más que ahora.

Y hace justo un año, sin saberlo, el Estadio Gran Canaria celebró su último partido con público sin que de momento existan certezas, tampoco fiabilidad en las fechas apuntadas para ello, de cuándo podría volver a jugar Las Palmas ante su afición.

El 28 de febrero de 2020, también día de Andalucía, el Málaga tenía una cita con la UD en el coloso de Siete Palmas, en la zona alta de Las Palmas de Gran Canaria. Aquel día se cumplía la 30ª jornada de Segunda División y, más que nunca, la incertidumbre que vivía España hacía que solo contara cada entrenamiento, cada partido, acaso cada día con la posibilidad de ser el último en libertad. En aquella fría noche, los alrededor de 9.000 espectadores que se dieron cita en las gradas presenciaron el 1-1 edificado sobre los goles de Curbelo, su primero con la camiseta del primer equipo de Las Palmas, y Lombán, ambos de cabeza.

Mucho han cambiado ambos equipos desde entonces. En Las Palmas, sin ir más lejos, hacía meses que deslumbraba Pedri, también presente aquel día, cedido por el Barça para mayor gloria de la entidad grancanaria, hoy uno de los futbolistas más importantes del equipo de Ronald Koeman.

Todos los presentes se marcharon aquel día a casa para no volver más. Al menos, de momento. Desde entonces, el Estadio Gran Canaria está mudo y solo entran las personas imprescindibles, de cualquier manera obligado el club por los estrictos protocolos sanitarios establecidos por LaLiga. Al contrario que en la ACB, los suplentes ni siquiera se sientan en el banquillo, sino en la grada. De momento, la casa de Las Palmas no tiene fecha para recuperar la voz. Así se desarrolla la nueva normalidad en épocas víricas.