La Atalanta vivió una noche muy complicada. La tempranera expulsión de Freuler la obligó a cambiar por completo sus costumbres de juego, renunciando a su agresiva presión hombre a hombre en la mitad de campo rival. La Dea esperó al Madrid cerrándole todos los espacios y por poco no se llevó un 0-0 que habría sido una gran ventaja de cara al partido de vuelta. Gasperini había decidido apostar por Zapata y Muriel, aunque tuvo que renunciar al primero tras media hora por una lesión muscular. Y el segundo, cansadísimo, dejó el campo en el 56', sustituido por Josip Ilicic. El esloveno ha dejado atrás la depresión y en este curso ya firmó cinco goles y siete asistencias, volviendo a ser protagonista en el proyecto nerazzurro.

Su actuación ante los blancos, sin embargo, no le gustó nada al entrenador, que esperaba más ayuda en la fase defensiva y más ideas a la hora de atacar. Durante su media hora en el verde, Gasperini le regañó varias veces, y una se escuchó claramente: "¡Ponte a trabajar en vez de levantar los brazos!". El enfado del italiano fue tan fuerte que, en el 86', volvió a quitar del campo al jugador (sustituido por Malinovskyi) que obviamente no se lo tomó bien. Quiso darle una señal, aunque en las declaraciones postpartido, 'Gasp' minimizó el asunto: "Quedaban cuatro minutos y quería defender el resultado, pero no pudo ser". El destino quiso que, justo instantes después del cambio, llegara el decisivo tanto de Mendy...