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VALENCIA

Gary Neville: un lustro de un banquillo caliente en el Valencia

El 2 de diciembre de 2015, Lim anunció el fichaje del técnico, socio y amigo, pero sin experiencia. Ahí inició un baile de entrenadores, con la única excepción de Marcelino.

Actualizado a
Gary Neville, durante su etapa en el Valencia.
Alberto Iranzo

El 2 de diciembre de 2015, Peter Lim tomó una decisión sorprendente y polémica: el fichaje de Gary Neville como entrenador de la primera plantilla del Valencia tras la destitución, unas semanas antes de Nuno Espirito Santo, el técnico que había aterrizado con el proyecto Lim. Meriton tomó su primera decisión controvertida en el Valencia, una de esas que, por desgracias, han abundado en los últimos tiempos por Mestalla. Desde Neville, han pasado siete técnicos por el banquillo ché, aunque hubo diez cambios de silla; Neville, Ayestarán, Voro (2 etapas en 2016-17), Prandelli, Marcelino, Celades, otra vez Voro y Javi Gracia.

Lim apostaba por un entrenador que, pese a su dilatada experiencia como jugador en el Manchester United, tenía carné de técnico pero que nunca había dirigido a ningún equipo profesional y estaba ejerciendo de comentarista en esos momentos. El principal mérito era ser socio y amigo personal de Peter Lim. Neville duró 16 partidos y le dio tiempo a protagonizar uno de los mayores ridículos en la historia del Valencia, un 7-0 en Copa, contra el Barcelona, un par de semanas antes de ser sustituido.

Meriton enmendó el error, supuestamente, y le dio el cargo a Pako Ayestarán después de que el propietario, temiéndose lo que al final acabó pasando, ya lo había contratado previamente para incluirlo en el cuerpo técnico. Ayestarán cogió al equipo en el puesto 14, a seis puntos del descenso, y lo dejó el 12, a la misma distancia con la zona de descenso.

El sainete no había hecho más que comenzar. Pitarch, director deportivo, apostó por la continuidad del vasco pero sólo por cuatro jornadas. Tras un periplo de tres partidos del apagafuegos Voro, llegó a bombo y platillo Cesare Prandelli, un entrenador con mano dura y con la promesa de que le reforzarían el equipo en enero. Ocho jornadas después, tras varios ruedas de prensa controvertidas como la del famoso "¡Fuori!", en víspera de Nochevieja, Prandelli dimite al entender que no le van a llegar los cinco fichajes que le prometieron. En una rueda de prensa ya histórica recriminó a García Pitarch, director deportivo, que no dimitiera con él, señalando a una silla vacía. Este lo hizo unos días más tarde, justo después de cerrar los fichajes de Zaza y Maksimovic.

Por esas fechas sólo había pasado un año y un mes de la llegada de Neville, todo un mundo. El Valencia estaba en una situación crítica, en el puesto 17, con los mismos puntos (12) que el antepenúltimo. Meriton recurrió a Voro, ya en serio, para que acabara la temporada y recondujera la nave, Con el de l'Alcudia el equipo salvó la categoría y acabó en el puesto 12.

Durante esa travesía por el desierto a los mandos de Voro, la presidenta Layhoon contrata a Mateu Alemany, como director general, el 27 de marzo de 2017. Ese día empezó a cambiar una parte de la historia del Valencia. Alemany eligió a Marcelino como entrenador frente a otras voces del club como Alesanco, director deportivo, que sugería la opción de Quique Setién. Y empezó la mejor época de la historia reciente del club. Dos clasificaciones para Champions seguidas y la consecución del título de Copa, en 2019.

Pero ese mismo verano, Meriton decidió cambiar el rumbo y volver a la época ‘nevillista’. Despidió a Marcelino y contrató a otro Neville, aunque este español: Albert Celades. Sin experiencia en clubes profesionales aunque sí en las categorías inferiores de la Selección española, le dio el proyecto de Marcelino, ya con algunos retoques propios de Meriton, como el fichaje de Thierry Correia. El Valencia pululó por la Liga con más pena que gloria con el único mérito de meterse en octavos de Champions, aunque cayera con estrépito contra el Atalanta. Ya después del confinamiento, Celades fue sustituido por Voro, otra vez, para las últimas seis jornadas. El Valencia se quedó lejos de su objetivo, entrar en Europa, y acabó noveno.

Esta temporada contrató a su octavo técnico post Neville, aunque a las pocas semanas, Javi Gracia presentó su dimisión (como Prandelli, por promesas incumplidas) que no fue aceptada y el navarro tuvo que quedarse porque Murthy le conminó a pagar su cláusula de indemnización de salida de tres millones. De momento, tiene crédito pese a la irregular marcha de su equipo. Y el lunes visita Ipurua, justo el lugar donde Neville debutó como entrenador del Valencia.