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Blanquivioletas por el mundo

Asier: "Finlandia es como vivir en un mundo paralelo... sin covid"

El jugador sigue en activo y afronta estos meses en el KTP Kotka del país nórdico. Su anterior aventura en Chipre no fue bien por temas de impagos e incumplimientos de contrato

ValladolidActualizado a
Asier: "Finlandia es como vivir en un mundo paralelo... sin covid"
Asier Arranz

Asier Arranz se crió en la cantera del Real Valladolid al que llegó desde su Segovia natal (Campo de Cuellar 20-3-1987) y en el club blanquivioleta vivió sus mejores momentos, pues debutó en Primera y vivió algo que le dejó huella, el ascenso con Mendilibar en la campaña 2006-07. Desde ese momento se ha convertido en un trotamundos del fútbol y a sus 34 años sigue disfrutando del deporte. Tras jugar en diversos conjuntos nacionales, en los últimos tiempos afrontó dos aventuras, una en Chipre y la otra, la que está viviendo en estos momentos en Finlandia en el KTP Kotka: "En agosto surgió esta oportunidad y tras darlo muchas vueltas porque estaba esperando que saliera algo en España, aunque no estaba seguro de que el fútbol de Segunda B o Tercera volviera, tenía un compañero en Finlandia y me propuso que me viniera para acá hasta el final de Liga que es en la primera semana de noviembre. Es un equipo que está peleando por subir a Primera, me pusieron buenas condiciones y sobre todo es un club serio y eso es lo que me trajo hasta aquí. Tenía ganas de competir después de estar muchos meses entrenando sólo en España y aquí fue llegar y jugar. Pensé, son unos meses, voy lo pruebo y como hay opción de quedarse pues ya veremos".

Asier vivió una mala experiencia en Chipre, aunque empezó bien, se torció todo por el coronavirus: "Nos suspendieron la liga a mediados de marzo. Hasta que empezó lo del covid yo estaba muy contento, jugando todo, la situación en el club (Alki Oroklini) era buena, pero a partir del covid a los jugadores extranjeros nos dejaron de lado, dejaron de pagarnos; fue una situación complicada porque además yo había llevado conmigo a mi mujer y mi hijo ya que tenía un contrato por lo que restaba de temporada y un año entero más; me planteaba estar a medio largo plazo estar en Chipre, pero al final me pude volver a España en mayo con un viaje que nos consiguió la embajada".

La idea de Asier era volver al equipo chipriota en agosto para continuar cumpliendo su contrato, pero los problemas no habían acabado, o mejor dicho, no habían hecho más que empezar: "La sorpresa llegó cuando me puse en contacto con el club que había cambiado de dirigentes y cuerpo técnico y me dijeron que los contratos que se habían firmado no tenían validez... así que no me quedó otro remedio que ponerme en manos de abogados a través de AFE y llevar el caso a FIFA. Les propuse llegar a un acuerdo pero no quisieron, así que está en mano de los abogados y ya veremos cómo resuelven el tema; por fortuna puedo seguir jugando ya que lo consideran como un despido y por eso pude venir a Finlandia".

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El cambio de un país mediterráneo a uno nórdico es grande, pero Asier parece estar adaptándose muy bien a su nuevo hábitat: "La vida aquí es muy tranquila y en cuanto al fútbol, ha sido una sorpresa para bien; yo me esperaba un fútbol más físico... pero por ejemplo en mi equipo en segunda, está casi prohibido jugar al pelotazo, hay que tratar de sacarla jugada desde atrás, mucho juego combinativo, presión arriba... me ha sorprendido. Es una liga muy profesionalizada, lo televisan todo y es una cultura muy seria. El club es trabajador y humilde, pero lo que prometen lo cumplen y te ayudan hasta la extenuación... el fútbol es muy semejante al de España".

Esta aventura la ha emprendido solo de momento, sin llevar con él a su familia porque son sólo una par de meses, pero le ha dado tiempo ya a ver como son las cosas allí: "La vida es muy tranquila y la vida social no tiene nada que ver con España. Tengo suerte de estar conviviendo con dos españoles más y hacemos vida juntos... lo típico, salir a tomar un café; aquí la gente va cada uno a sus cosas... los compañeros van a entrenar, te ves en el vestuario y luego cada uno a lo suyo y cada uno tiene su mundo. Me he venido solo porque era para poco tiempo, pero si renovara y me quedara aquí... seguramente nos plantearíamos reunir la familia".

Para el ex del Real Valladolid lo más sorprendente ha sido entrar en un país en el que el efecto de la pandemia apenas se nota: "Llegué y me hicieron el test y ya está. Luego hasta esta semana pasada en la que han aparecido algunos casos, no ves más que alguna persona mayor con mascarilla. Si te dicen que aquí no hay covid, te lo crees, parece que vivimos en un mundo paralelo. Yo veo las imágenes de España o hablo con mi mujer y sé como están las cosas otra vez y sin embargo aquí en Kotka hacemos vida prácticamente normal, el público viene al fútbol... parecen dos mundos diferentes".

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Echando la vista atrás, Asier no olvida aquel ascenso en el que participó y que ha quedado grabado en la memoria blanquivioleta: "Tengo muy buenos recuerdos de aquellos años porque fue mi primera experiencia profesional; empezar en los cadetes del Real Valladolid y poder llegar hasta el primer equipo, disfrutar de una temporada tan buena con ese ascenso, además siendo medianamente participe con algunos partidos de Copa y de Liga son momentos que no se olvidan".

Con ese sello blanquivioleta en su vida, Asier siempre mira de reojo lo que le pasa al club que le vio nacer como futbolista profesional: "Por muy lejos que esté siempre sigo la actualidad del club; sigo teniendo relación y vínculos con personas que trabajan allí, sobre todo en las categorías inferiores. El club está sufriendo un cambio bastante importante, a ver si se refleja en un salto de calidad a nivel deportivo; viendo todo en conjunto, creo que el club está dando pasos y la estructura profesionalizada que se está logrando, desde el primer equipo hasta el alevín y eso le está dando una buena consistencia al equipo, que al final es el objetivo, refrendarlo con buenos resultados deportivos".

Con 34 años y muchas aventuras a su espaldas, Asier sigue disfrutando del fútbol y le queda cuerda para rato: "Si no disfrutara, no buscaría complicarme la vida. Yo tengo mi carrera y un máster, tengo mi familia y mi casa en Valladolid... lo más fácil sería buscar un trabajo e intentar asentarme. Si no disfrutara y no tuviera el gusanillo de competir, sería ridículo complicarme la vida".

El jugador se ha encontrado tan bien en Finlandia que no descarta prolongar su estancia y llevarse a su familia por unos años... aunque confiesa que le tira mucho España: "Cuando vine tenía muchas dudas. Es una cultura distinta, un país nuevo muy distinto a España, pero me ha sorprendido para bien; me he encontrado un tipo de fútbol que me gusta, me he sentido cómodo y valorado. Tengo la incertidumbre de cómo será el fútbol en España en un equipo de Segunda B o Tercera o incluso fuera del fútbol para encontrar trabajo, nadie asegura que la situación vaya a estar para que podamos tener un trabajo. Si me preguntas si a cinco años vista me gustaría vivir en Finlandia, la respuesta es no, porque yo quiero vivir en Valladolid, pero un año o dos temporadas que es lo que más o menos me queda de fútbol, de seguir disfrutando... pues no lo descarto, lo tengo en mente y más después de hablarlo con mi familia, que mi hijo pueda disfrutar de una experiencia en un país en el que se habla inglés, con un nivel educativo bastante alto.. es una opción que sí valoramos".

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