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BARCELONA

Cerco a la Messidependencia

Sólo tocó seis balones en los primeros 20 minutos. Koeman no quiere a un solista en el nuevo Barça y reparte protagonismos. Coutinho y Ansu, los beneficiados.

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Más allá de los datos, fue fácil ver a bote pronto en el Barça-Villarreal que, cuando Koeman hablaba de evolución en el equipo, se refería a un Barça que quiere pasar página de aquel en el que Messi era principio y final del equipo. En los primeros 20 minutos, el argentino, colocado como falso nueve pero con absoluta libertad de movimientos, apenas tocó seis balones. En esos 20 minutos, el Barça ya iba 2-0 y había puesto el partido de cara.

Messi dio 54 pases buenos durante el partido por 44 de Coutinho y 39 de Ansu. Y eso, que el brasileño y el guineano jugaron 20 minutos menos. Hasta que el argentino dejó su posición como delantero y bajó metros para relacionarse con el balón porque se aburría (y eso no es necesariamente bueno porque perdió nada menos que 15 balones), el Barça fue un equipo más coral en el que, claramente, Coutinho ha ganado protagonismo. Su acción en el 2-0, cuando no buscó a Messi sino que lideró una transición primorosa en la que condujo con elegancia y fue dejando defensas atrás hasta dividir el balón justo en el momento necesario a Ansu, habla de un futbolista nuevo. "Me gusta Coutinho", dijo Koeman en la rueda de prensa previa al partido, enviando un mensaje claro de voluntad de recuperación.

Pero no fue sólo Coutinho. También Ansu, que se jugó varios mano a mano sin necesidad de mirar al argentino. O Alba, que por primera vez en años miró otras opciones cuando llegó al área. A veces, hasta cuando miró a Messi no lo encontró porque, como en el 1-0, Ansu llegó como un obús para reventar el balón contra la red de Asenjo. Alba, por cierto, fue el futbolista que más pases dio en el Barça y que más oportunidades de gol creó.

El mapa de calor también habla de un Messi nuevo. El argentino había desaparecido la temporada pasada del área, que casi ni pisaba. Se había acomodado en una posición cercana a la del '6'. Un puesto de interior derecho por el que pasaban todos los balones en una suerte de Messicentrismo que se había exagerado con Valverde, pero que en los dos primeros años del Txingurri había funcionado porque el argentino estaba cerca del área y decidía partidos. Lejos de la portería, sin embargo, y con menos físico que en años anteriores, Messi se convertía en más previsible y menos peligroso. Más si luego era necesario esperar a que llegase al área. Messi, según el mapa de calor del partido de este domingo, pasó más tiempo en el área. La rotación en los cuatro puestos de arriba, ordenada por Koeman, también le permitió moverse por zonas intermedias más cómodas. Pero el holandés no quiere que viva allí y que, si se descuelga, lo haga con algún sentido.

La cuestión que queda en el aire es qué pasará si, como pidió Koeman al final de partido, el Barça acaba fichando un nueve, aunque sea móvil, como Depay. Porque Messi empezó ahí el partido. Probablemente, el sacrificado fuese Griezmann. Porque Coutinho, de momento, es inamovible ahí y su recambio es Pedri. Cuando no jugó de delantero centro esta pretemporada, Messi actuó en la posición de falso siete. Hay cosas que empiezan a cambiar en el Barça. Koeman pone cerco a la Messidependencia.