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BARCELONA

Bartomeu se lo piensa

La idea inicial del presidente es no dimitir, pero tampoco se puede descartar porque algunos directivos piensan que es el momento de dar un paso al lado y acelerar el proceso electoral.

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Bartomeu se lo piensa

Josep Maria Bartomeu, presidente del Barcelona desde 23 de enero de 2014, reflexiona a estas horas sobre su futuro en el cargo. El tsunami de la plataforma Més que una Moció, que ha conseguido 20.687 firmas que rechazan la gestión de la actual directiva y exigen su marcha, ha sido un golpe inesperado para el presidente, que no esperaba tanta pujanza de una oposición que daba la sensación haber organizado de manera un tanto atropellada el voto de censura. Nada más lejos de la realidad. El tirón popular de los últimos días, vertebrado a través de las redes sociales y el boca a boca, convierten en una posibilidad la caída de Bartomeu a través de la moción.

La idea de Bartomeu es seguir y no dimitir, pero en las últimas horas ha sufrido un tremendo golpe de realidad que le ha hecho pensar. Algunos directivos, que también deberían marcharse si la moción de censura prospera pues todos son "sujetos pasivos" de la misma según la documentación presentada por Més que una Moció, consideran que podría ser el momento de dar un paso al lado y permitir así que se acelere el proceso electoral. Jordi Moix, vicepresidente económico del Barça y, curiosamente, impulsor de una moción de censura en 1998 con el famoso l'Elefant Blau de Laporta, mostró su respeto con los impulsores de la moción de censura y anunció que el club sería riguroso con el proceso.

Con dos miembros de la directiva en la Mesa de Voto Electoral, Josep Maria Bartomeu tendrá información de primera mano sobre cómo avanza el proceso de validación de firmas. Esa podría ser una de las claves de la decisión del presidente, que si ve que las 16.521 firmas necesarias se alcanzarán con solvencia, podría tomar una decisión antes de ser derrocado por el voto de dos tercios de los socios. Otra opción es pasar al ataque y preparar una estrategia para movilizar a sus afines con vistas a la votación. Pero hay que ver si a Bartomeu le quedan fuerzas para tanto. Es tiempo de reflexión para un presidente tocadísimo.