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BARCELONA

Messi va a la guerra

El jugador está cada vez más seguro de irse. Y quiere hacerlo gratis en consideración a los servicios prestados mientras hace oidos sordos al reto de Bartomeu, que ofreció su renuncia si Messi la pedía en público a cambio de que se quedara.

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Messi va a la guerra

El Barça lanzó el reto a Messi el miércoles exigiéndole que saliera a dar la cara y explicara sus razones para irse al tiempo que reiteraba que contaba con él y que no pensaba darle la carta de libertad. Ayer subió el órdago el presidente cuando TV3 anunció que Bartomeu estaba dispuesto a dimitir de su cargo si Messi comparecía públicamente y le señalaba a él como el problema. Ante esta presión, Leo a punto estuvo de responder de inmediato, pero se contuvo. Eso no quiere decir que la distancia entre las partes se reduzca. Al contrario, Leo va a guerra y está más convencido que nunca de irse. Y lo quiere hacer gratis y ya no escuchará otra oferta que la del Manchester City.

El jugador argentino no piensa dar marcha atrás ni negociar con el club blaugrana. Considera que ante su hoja de servicios el Barça está moralmente obligado a dejarle una salida gratis a donde quiera. Obviamente, en el club catalán no piensan lo mismo.

En el Barça se aferran a la cláusula del contrato que dejaba libre a Messi la opción de irse gratis siempre y cuando lo comunicase antes del 10 de junio, esto es, 20 días antes de acabar la competición. A este último argumento se aferran los abogados del futbolista que consideran que si a causa del COVID la FIFA alargó la temporada, este punto queda sin efecto. En todo caso, la FIFA y la UEFA no se van a meter en este tema ni bloquear el traspaso y dejarán el caso en manos de la justicia ordinaria.

El primer contacto de Messi para ofrecerse al City esta temporada fue en Lisboa tras la zurra del 2-8 a manos del Bayern. Leo contactó con Guardiola y le dijo que había llegado el momento de cambiar de aires. El técnico catalán, sorprendido, le dijo que esta era una cuestión que superaba sus atribuciones porque era una operación económica descomunal que no estaba prevista. En todo caso, si se acometía estaba planificada a partir de enero, cuando Messi quedaba libre para negociar y acababa contrato el 30 de junio.

Ante la posibilidad que se presentaba, los ejecutivos del City empezaron a trabajar en el encaje económico de un negocio que según publicaba ayer el diario holandés De Telegraaf supone un desembolso de 500 millones de euros.

Ante esta situación, Messi y el equipo inglés han llegado a un acuerdo que supondría que le garantizan al argentino un contrato de dos años que Messi podría liquidar unilateralmente y la posibilidad de seguir su carrera en la franquicia del City en Nueva York. Pero queda un problema por resolver. Y no es menor.

Se trata del acuerdo con el Barça, que ante el cariz de los acontecimientos que han derivado en un doloroso divorcio no va poner las cosas nada fáciles. De entrada se remiten a la cláusula de 700 millones y en el peor de los casos a cobrar más que lo que ingresaron en 2017 por Neymar, que fueron 222 millones.

El City, parapetado en la postura de fuerza de Messi quiere pagar con jugadores. De entrada ofrecen a Gabriel Jesús, al que tasan en 100 millones y añaden el en pack a Eric García (30 millones) y el lateral Angeliño (25 millones). Una oferta de 155 millones en especie según la valoración inglesa que el Barça no piensa ni considerar.

Para el Barcelona es fundamental que primero Messi se explique en público ante la afición y luego que deje en caja el dinero para reconstruir el equipo. A lo segundo Leo se niega en redondo, sobre lo de hablar, lo valora, pero aún no se ha decidido. La opción prevista de hacerlo en Argentina no convence ni a los rectores del City.