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BARCELONA

Una Champions para enterrar todos los fantasmas

Los episodios de París, Turín, Roma y Liverpool han marcado al Barça los últimos años. El vestuario confía en que el cambio de formato le ayude.

Actualizado a
Messi, Iniesta, Suárez y Ter Stegen, después de ser eliminados por la Juventus en 2017.
LLUIS GENEAFP

"Nos bloqueamos y nos vino a la cabeza aquel partido (Roma) y cada vez íbamos a peor". Si el Barça es el discurso de Messi, sus palabras el pasado mes de octubre fueron esclarecedoras. La noche negra del Olímpic, abril de 2018 se le apareció al equipo en Anfield, mayo de 2019. Para cuando Wijnaldum hizo el 2-0, todos supieron que sería otra noche trágica. Messi admitió que vieron fantasmas en Liverpool.

El Barça entró hace años en un bucle mental peligroso en la Champions, donde ha sido engullido por sus rivales y se ha quedado sin respuestas, futbolísticas, físicas y mentales, para salir de situaciones adversas. Lo apuntó en el Vicente Calderón de 2016; y la crisis en los partidos europeos grandes explotó en el último año de Luis Enrique. Un 4-0 humillante en París, subsanado con el histórico 6-1; acompañado de un 3-0 en Turín que sí fue el final de la Champions. Luego llegaron los desastres de Roma y Liverpool. Curiosamente, las dos únicas derrotas europeas de Valverde, que había ganado en Wembley al Tottenham, en Old Trafford al United, pero cuya trayectoria en el Barça estuvo marcada por esos dos partidos fatales, aunque distintos. En Roma, la actitud fue penosa y la desgana terminó en tragedia. En Anfield, sin embargo, el Barça atacó el partido y mereció algún antes del descanso que cerrase la eliminatoria. Pero no lo hizo y se puso a pensar que el Liverpool atacaría en the Kop en la segunda parte... Allí se alinearon astros, dioses, y se generó una atmósfera pocas veces vista que hizo posible el milagro red.

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El Barça espera que este año sea distinto. Futbolísticamente, no está mucho mejor que el año pasado o el anterior. Se diría que hasta peor. Pero tal vez el formato de la competición se convierta en una ventaja para luchar contra los fantasmas. Primero, los campos vacíos. Y luego, el formato. Una Champions a partido único, sin ambientes eléctricos en contra, sin rivales que muerdan y sin malos pensamientos en la cabeza. Eso puede ayudar al Barça a olvidar sus fantasmas. Para un equipo al que ha sugestionado tanto el asunto psicológico, podría resultar de ayuda para convertirlo incluso en una ventaja.

Imágenes como las de Alba en el documental Matchday, llorando en el vestuario de Anfield cuando el resultado todavía era 1-0, son una muestra de cómo ha pesado mentalmente la Champions en el ánimo de los jugadores. A la distancia, parece una buena oportunidad para darle una vuelta a la maldición.