NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

BARCELONA - OSASUNA

Un rey a punto de caer

El Barcelona de las ocho Ligas de once, casi en la lona con un Messi con el aliciente de poder superar a Zarra. Quique Setién monta ante Osasuna un ensayo general para el Nápoles

Actualizado a
Ansu Fati ensaya el disparo a puerta en presencia de Vidal durante el entrenamiento de ayer.
Ampliar

Seguramente, el Barça pensaba dejarse algún punto por el camino en la segunda parte de LaLiga del asterisco. Lo que no estaría en sus planes es el pleno post-confinamiento del Madrid, que esta noche puede levantar, eufórico y con todas las cámaras mirando a Sergio Ramos, el título de Liga mientras Messi, anónimamente, tiene que conformarse con ratificar su séptimo galardón de máximo goleador del campeonato pulverizando el récord de Zarra. Una barbaridad que, sin embargo, no llena al argentino, más pendiente de engordar su terrible palmarés colectivo. Con 34 títulos, es el jugador más laureado de la historia del club. Pero Leo quiere más. Y tempus fugit...

Mientras, las luces se apagan para este Barça, tirano de ocho de las últimas once Ligas que hoy, salvo sorpresa, cederá su corona. Su afición se deprime a cámara lenta, melancólica de aquellos años que, sospecha, tardarán en volver; y el equipo tiene que cumplir el expediente en una semana que, directamente, es una tortura. Todo lo contrario que para Osasuna. No han sido los Sanfermines de siempre, pero en fútbol sí ha habido chupinazo, una temporada para enmarcar. Honores al irreverente Arrasate, entrenador valiente que ha conseguido subir a los jugadores en su barco y ni siquiera perdió la fe después de la lesión del Chimy Ávila, su jugador franquicia. Esta noche se dará el gustazo de comparecer en un Camp Nou vacío, pero siempre impresionante, con el único objetivo de disfrutar del fútbol (sigue el partido en directo en As.com).

Si el Barça quiere encontrarle una explicación al partido, tal vez repare en que es el último que jugará en casa antes de la visita del Nápoles (Setién confesó que buscaban un amistoso, pero que es difícil) el 8 de agosto. Puede pensarse que Setién se invente un ensayo general con un once parecido al que tiene en mente para esa noche peliaguda. A día de hoy, ya es el único aliciente para este Barça tristón que a estas horas tiene una buena cornada y está golpeado mentalmente.