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MEMORIAS DE SUDÁFRICA

Villarato sin fronteras

Los errores arbitrales se dispararon en Sudáfrica, provocando un clamor entre las selecciones a favor del uso de la tecnología en el fútbol.

Actualizado a
Germany's goalkeeper Manuel Neuer fails to save a shot by England's Frank Lampard during a 2010 World Cup second round soccer match at Free State stadium in Bloemfontein June 27, 2010. Lampard's shot, which resulted in a goal, was later rul
EDDIE KEOGHREUTERS

Aunque ahora nos estemos acostumbrando a la tecnología a pesar de las críticas, hace diez años fueron muchos de los participantes del Mundial de Sudáfrica los que levantaron la voz pidiendo la tecnología en el fútbol ante tantos errores arbitrales. Hasta octavos se produjeron 16 que afectaron a goles. Pero hubo dos que hicieron saltar las alarmas. Uno fue en el Alemania-Inglaterra, que dejó fuera a los de Capello. Transcurría el minuto 38, justo un minuto después del gol inglés que suponía el 2-1, Lampard armó un disparo que se estrelló en el larguero y acabó rebotando dentro de la portería. Ni el árbitro, Jorge Larrionda, ni su asistente, Mauricio Espinosa, se dieron cuenta y no concedieron el gol. Aunque no se concediese, las imágenes delataron un error que marcó la eliminatoria.

El otro gran fallo arbitral se produjo en el Argentina-México, Tévez marcó estando en fuera de juego, ni tan siquiera estaba el portero entre el delantero y la portería. Lo peor fue cuando en el videomarcador se mostró la repetición y se evidenció el error en pleno partido, y que provocó que la selección mexicana clamase contra el árbitro, Roberto Rosetti, y su asistente, quien este último se dio cuenta del fallo por el videomarcador. Rosetti no podía dar marcha atrás pese a la evidencia, la FIFA había dado una orden clara de no retractarse, cosa que no hizo Webb en el Brasil-Egipto.

Las sospechas saltaron con esos dos casos, no porque Villar fuera el presidente de la Comisión de Árbitros de la FIFA, sino porque la balanza de los dos errores cayese a favor de Alemania, cuyo patrocinador era Adidas y que también era socio FIFA (rango superior al de patrocinador), y de Argentina, siendo el presidente de AFA íntimo amigo de Blatter y vicepresidente FIFA.