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BARCELONA

Tridente interruptus

Messi, Suárez y Griezmann sólo han coincidido 820 minutos en toda LaLiga, el 33,7% de los posibles. Cuando estaban despegando, llegó la lesión de Suárez en la Supercopa.

Actualizado a
Griezmann, Suárez y Messi.

En la jornada 16 de Liga, el Barça le ganó 5-2 al Mallorca. Messi hizo un hat-trick y Suárez y Griezmann también marcaron en los 85 minutos que compartieron en el campo. En la jornada 17, el Barça empató a dos ante la Real. Marcaron Griezmann y Suárez. Y en la jornada 18, contra el Alavés, volvieron a marcar los tres. El tridente estaba despegando..., pero se lesionó Suárez. El crack del uruguayo ante el Atlético en la Supercopa, donde los tres habían vuelto a jugar a gran nivel (marcaron Messi y Griezmann), ha impedido que vuelvan a jugar juntos. Lo de esta temporada en el Barça ha sido un tridente interruptus.

Messi, Suárez y Griezmann sólo han coincidido 820 minutos en el césped en doce partidos de LaLiga. Sólo un 33,74 por ciento de los 2.430 que se han disputado en el campeonato. Con los tres en el terreno de juego, Messi ha marcado ocho goles, Suárez siete y Griezmann, cinco de los ocho que lleva en el campeonato. Pero las lesiones, primero de Messi al inicio de temporada, y luego de Suárez al final de la primera vuelta, ha impedido que se junten más.

El rendimiento del tridente era uno de los grandes morbos al inicio de temporada. Pero se hizo esperar, porque Messi no fue a la gira por Estados Unidos y no debutó en San Mamés. El comienzo, además, fue algo sui generis. Después de jugar juntos apenas media hora en Dortmund, la primera vez que coincidieron en partido oficial de Liga fue en Granada. Valverde, que había decidido reservar al argentino, tuvo que meterlo en el campo al descanso. Pero el Barça perdió.

El primer día feliz del tridente en LaLiga fue en Eibar. 0-3, con un gol de cada uno de los actores. Pero fue a final de noviembre (partido contra el Dortmund) y a principios de diciembre, con la secuencia de partidos señalada ante Mallorca, Real y Alavés, cuando el despegue pareció definitivo.

Es uno de los grandes retos de este Barça de final de curso. Y es uno de los grandes desafíos de Setién. Conseguir que mezclen bien y que se retroalimenten. De la conexión Messi-Suárez nadie puede dudar. Se conocen de memoria. Griezmann, jugador empático que ha calado bien en el vestuario contra el pronóstico de muchos agoreros, estaba entrando, paulatinamente, en ese programa informático. Su gol ante el Getafe con un movimiento de memoria para recibir de Messi, o su conexión con Suárez en Anoeta, habían dado motivos de esperanzas al Barça. Todo se cortó de cuajo con la lesión de Suárez. El parón por la pandemia les da una segunda oportunidad. El primer objetivo será esquivar las lesiones. Eso permitirá aumentar la velocidad de crucero de un tridente que puede que esté lejos del que impresionó al mundo en 2015 y 2016, pero del que tampoco debería dudarse.