La hora de que Sancet se amplifique
El talentoso canterano del Athletic se había reenganchado a los planes de Garitano en las jornadas 24, 26 y 27 y en la semifinal de Copa antes del confinamiento.
Oihan Sancet venía sin cadena justo antes del confinamiento. Había participado en la jornada 24 ante Osasuna en San Mamés (0-1) saliendo en el descenso, en la Jornada 26 ante el Villarreal (1-0) desde el minuto 73 y titular en la última, la 27, en el 1-4 en el José Zorrilla como titular. Paralelamente, volvía a tener presencia en Copa de manera intercalada ante en Granada con unos minutos finales y el alborozo por el gol vital de Yuri Berchiche que concedió el billete para la gran final frente a la Real Sociedad.
Por tanto, una de las perlas con más clase de Lezama, cosecha del 2000, un futbolista con un potencial enorme, entraba de lleno en las oraciones de Gaizka Garitano. Hasta ese tramo final solo había amagado. El míster de Derio lo había empleado principalmente para suplir los partidos de ausencia por lesión de Iker Muniain, como hizo frente a Osasuna en El Sadar, Granada en San Mamés y en Sevilla ante el Betis. El regreso del mediapunta de La Txantrea relegó a Sancet durante siete partidos intermedios a desescalar al filial.
En total, Sancet suma diez partidos con el primer equipo en su primera temporada en la élite, ocho de Liga y dos de Copa (Intercity en Elche y Granada), con cuatro titularidades, y un bagaje nada desdeñable con su presencia en el equipo: siete victorias y tres derrotas, sin completar nunca los 90 minutos, que ha compaginado este curso con sus 14 actuaciones con el filial de Joseba Etxeberria, donde ya se destapó con seis goles antes de pasar, principalmente, a la disciplina de la plantilla de Garitano. Un Sancet, liberado de su lesión de ligamentos cruzados de hace dos temporadas en Tanos ante la Gimnástica, que ralentizó su imparable proyección, está dotado de unas características poco comunes con 1'88 para desenvolverse entre líneas o de mediocentro, con desparpajo, desborde y llegada a gol con sus característicos giros que rompen cinturas a los defensas contrarios.
No obstante, los nervios del estreno ante el Barça en la primera jornada, las altas expectativas creadas, y el querer deslumbrar en sus primeras comparecencias en Primera División le han penalizado hasta que se soltaba de nuevo a partir de esa jornada 24 ante el equipo de Jagoba Arrasate. Estos días en Lezama, el espigado mediapunta navarro, de solo 20 años, trata de no desengancharse de la rueda buena, la que le concedió ya el técnico rojiblanco, recién renovado una temporada más, que ve en Sancet un jugador diferente, creativo, de puro talento, de los que escasean en un fútbol cada vez más encorsetado.
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