"Con amigos como tú, el Atlético no necesita enemigos"
"Con amigos como tú, el Atlético no necesita enemigos"

ATLÉTICO DE MADRID

"Con amigos como tú, el Atlético no necesita enemigos"

Jesús Gil no se callaba ni una cuando entendía que los árbitros habían perjudicado a su equipo. El presidente criticaba a los colegiados y también a sus superiores, con mensajes de todo tipo, más y menos sutiles, que le supusieron unos cuantos castigos.

Jesús Gil no se achicaba ante nadie. El fútbol le propició buenas amistades, pero también una larga lista de polémicas. En anteriores capítulos de este serial se valoraron sus relaciones con los jugadores y los entrenadores del Atlético y con el Real Madrid, su más fiero rival. En éste recordaremos algunos de los más agrios conflictos que mantuvo con los árbitros. El presidente se sintió gravemente perjudicado, sobre todo en los primeros años en el palco, y no se calló ante nadie cuando tuvo que protestar. A cambio sufrió severos castigos.

Jesús Gil y Ángel María Villar, presidentes del Atlético y de la RFEF
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Jesús Gil y Ángel María Villar, presidentes del Atlético y de la RFEF

Con Ángel María Villar, presidente de la Federación, y con José Plaza, presidente del Comité de Árbitros, vivió enfrentamientos directos. Sin sutilezas. “Son todos unos golfos. Hay mafia en el arbitraje. La competición está adulterada y prostituida. No puedes hacer nada. Villar es el jefe y es un cáncer para el fútbol”. La acritud fue en escalada y la situación se volvió tremendamente complicada hasta el punto de que los árbitros llegaron a plantear un boicot al Atlético. En la 90-91, algunos colegiados se negaron a pitar al equipo rojiblanco mientras Jesús Gil fuera su presidente.

"Tendríais que desaparecer"

Para un Real Madrid-Atlético, Gil pidió un árbitro extranjero e incluso preguntó a los socios si se presentaban

En la temporada anterior, el mandatario ya tuvo un calentón con Mazorra Freire después de un derbi ante el Madrid en el Calderón. Le llamó “ladrón” y “sinvergüenza”, dijo que “parecía un jugador del Madrid” y que su actuación había sido “indignante y asquerosa” y “el último homenaje a Plaza”. El árbitro dijo, días después que había “que parar los pies a Jesús Gil”, al que le cayó una multa de un millón de pesetas. Hubo más sanciones y más protestas. De hecho, para el derbi de Copa, Gil llegó a pedir un árbitro extranjero e incluso planteó a sus socios mediante un referéndum la posibilidad de no presentarse.

La temperatura se disparó aquel verano de 1990. El 19 de julio se celebró la Asamblea del Fútbol y en ella apareció Jesús Gil para dirigirse a los árbitros: "Todos vosotros tendríais que desaparecer deportivamente". El jaleo fue tal que, de primeras, más de una docena de árbitros se negó a arbitrar al Atlético en Liga.

Gil amaga con la retirada

Y fue a más. El Athletic-Atlético de septiembre del 90 volvió a desatar la ira de Gil. Los madrileños perdieron 2-1 y el presidente culpó al árbitro Socorro González y a Urizar Azpitarte por presionarle para que perjudicara al Atleti. El club pidió la repetición del partido "al considerarse totalmente fraudulento su resultado, con la manipulación comprobada" y la inhabilitación a perpetuidad de Socorro González.

Socorro González, en el Athletic-Atlético de la 90-91.

Socorro González, en el Athletic-Atlético de la 90-91.

"Desde la Asamblea me la tienen jurada", "el árbitro iba predispuesto", "Urizar le trasmitió las consignas a Socorro porque está buscando la presidencia de los árbitros", valoró Gil. El asunto llegó a tal punto que el presidente convocó una junta de socios en el Palacio de los Deportes para plantearles la retirada del Atlético de la competición. Incluso llegó a sopesar dejar provisionalmente el cargo: “Prefiero morirme a que se rían del Atlético”. El Atlético no se retiró y Gil fue nuevamente multado. Y otra vez por poner mensajes ofensivos en los videomarcadores del Calderón, como reacción a los arbitrajes, en este caso del básket tras un Real Madrid-Atlético Villalba.

“Los árbitros de cámara del Real Madrid se han puesto a servicio del Barça”, “tienen que ganar la Liga como sea”, fue su mensaje más repetido en esa 1990-91. Y en la primavera llegaron los plantes. Díaz Agüero se negó a pitar el Atlético-Mallorca y Peraita Ibáñez hizo lo mismo con el Atlético-Cádiz. Entre medias hubo un partido en Zaragoza, dirigido por Jiménez Moreno, al que Gil envió una carta: "Con amigos como tú, el Atlético no necesita enemigos". Al presidente se le abrió un expediente que sirvió para rebajar el enfado de los árbitros.

Brito, Andújar, Ansuategi...

Brito Arceo, en un Real Madrid-Atlético.
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Brito Arceo, en un Real Madrid-Atlético.

La lista de árbitros que le disgustaban es amplia. Díaz Vega, Martín Navarrete (“Es un impresentable y tendría que estar retirado, pero sigue por sus negocios particulares”), el citado Mazorra, García de Loza, Brito Arceo, al que llamó “chalao” y mandó al psiquiatra: “En Estados Unidos es algo normal, como que te manden al dentista. Aquí se ve mal que te recomienden un psiquiatra”. A la vuelta de verano tuvo otro incidente con López Nieto, que le contestó con fiereza: “Parece un primate antropomorfo por su aspecto y su agudeza mental”. A final de ese año la tuvo con Ramos Marcos, “más madridista que el escudo”, y acabó castigado e inhabilitado, aunque se le concedió una amnistía.

"Parecía un niño de cinco años con un revólver. No sé si estaba mentalmente preparado..."

Sobre Andújar Oliver, tras un Barça-Atleti

Años después Ansuategi Roca también sufrió los enfados de Jesús Gil. Y Andújar Oliver. "Parecía un niño de cinco años con un revólver en las manos. No sé si estaba mentalmente preparado para pitar ese partido", le dedicó tras un 5-3 en el Camp Nou. Se le abrió otro expediente y se le volvió a inhabilitar, aunque se echó abajo por defecto de forma. Andújar dijo que se negaba a pitar más partidos del Atleti, como habían hecho también Martín Navarrete, López Nieto y García de Loza en los últimos años.

Pero Jesús Gil tenía claro hacia donde debía apuntar en sus ataques: “Todo viene del fraude de las elecciones a la presidencia de la Federación, donde hubo compra de votos. Villar prometió ser bueno con los árbitros y por eso le votaron. La organización es fraudulenta, me causa repugnancia, y yo no lo aguanto más porque me estoy jugando mucho dinero”.

El caso Vautrot

Y si en España los conflictos se sucedieron con mucha frecuencia, en Europa llegó el caso más polémico, el de Michel Vautrot. Un choque frontal del que el presidente salió inhabilitado y pudo ser peor, pues se temió un castigo para el Atlético. Los hechos se remontan a la UEFA 89-90, primera ronda. El Atleti ganó 1-0 a la Fiorentina en la ida y en la vuelta, el partido dirigido por Vautrot, de nuevo 1-0. Cayeron por penaltis los rojiblancos, que sufrieron la expulsión de Goikoetxea la segunda mitad. Y Gil explotó.

No es que sea mariquita, es un maricón. Sé que los italianos le buscaron un niño rubio de ojos azules"

Sobre Vautrot, en RNE

En las primeras declaraciones se limitó a llamarle “casero” y que ya se olía un mal arbitraje. Pero en Tablero Deportivo, de Radio Nacional, se desató: “No me extrañó para nada el arbitraje. No es que sea un mariquita, es un maricón. Sé de muy buena tinta que después de quedar nosotros eliminados a ese colegiado le buscaron los italianos un niño rubio de ojos azules".

La UEFA le pidió explicaciones inmediatamente y en noviembre le hizo declarar en Zúrich ante el Comité de Control y Disciplina. "No he venido a Suiza como un reo ni a ser juzgado, sino a denunciar ante la UEFA, con informes completos, la manipulación del fútbol, los preparativos de ciertos partidos de las competiciones", dijo Gil a la entrada. Fue castigado con dos años de inhabilitación.

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