El Alavés pesca en la depresión del Sevilla

Sevilla y Alavés empataron en un partido que se jugó casi en su totalidad a lo que quiso el cuadro vitoriano. La baja de Lucas Pérez provocó un cambio de dibujo en los visitantes que asfixió a un Sevilla lastrado física y emocionalmente por su eliminación en la Copa del Rey a manos del Mirandés. Los de Garitano supieron jugar con las emociones de su rival y no lograron irse con la victoria por el error de Duarte de regalar un penalti por manos.

El plan de Garitano no pudo funcionar mejor en la primera mitad. El sistema de tres centrales desactivó totalmente a un Sevilla que nunca supo como encontrar los caminos hacia la portería de Pacheco. Tampoco ayudaba demasiado el crispado ambiente de la grada y la desconfianza que desprendían los locales con el balón en los pies, algo que se tradujo en numerosas imprecisiones. El Alavés prácticamente renunciaba al ataque y se afanaba en defender, sin excesivas dificultades, los constantes centros al área desde la banda de los jugadores de Lopetegui. Y a pesar del defensivo planteamiento, si alguien pudo irse ganando al descanso fue el cuadro vitoriano, pero Vaclik sacó un pie salvador a Joselu tras un gran pase de Camarasa. El Sevilla no carburaba y los pitos volvieron a sonar cuando Del Cerro Grande señaló el fin del primer tiempo.

Pareció cambiar el aire en el segundo tiempo para los de Lopetegui, sobre todo a raíz de que el vasco diera entrada en el campo a Franco Vázquez y a Suso, que debutó con sólo un par de entrenamientos. El Sevilla empezó a encontrar grietas en la zaga del Alavés y Koundé tuvo el gol en su cabeza con un remate franco tras un córner. Sin embargo, Garitano reaccionó y cuando el partido volvía a languidecer los vitorianos encontraron el premio a balón parado. Balón colgado, dejada de Manu, error de Vaclik que no se atrevió a salir y gol de Joselu.

Los nubarrones se cernían en el Sánchez Pizjuán pero por suerte para los locales el empate no tardó en llegar. Y fue como casi siempre, con una internada del incansable Jesús Navas por su banda cuyo centro fue bloqueado por la mano de Duarte. Penalti y dudas sobre quién lo tiraría. Lo normal hubiera sido que Banega asumiera la responsabilidad, pero no era el mejor día del argentino y fue su compatriota Ocampos el que pidió el balón y engañó a Pacheco.

Quedaba tiempo pero el partido ya era una sucesión de errores y pérdidas de balón. Ninguno de los contendientes tuvo ocasiones claras y el choque concluyó con un empate que supo mucho mejor a los visitantes.