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MARINO 1-0 REAL MADRID CASTILLA

El Castilla cae en un patatal

El Marino se impuso con un gol de penalti. El estado del césped anuló al Castilla, que se vio obligado a buscar pelotazos aéreos.

Actualizado a
El Castilla cae en un patatal

El Castilla perdió en Luanco ante el Marino en un encuentro sin apenas fútbol. El campo, un auténtico patatal, lo impidió. Los jugadores tenían suficiente con el esfuerzo de mantenerse en pie. Intentar jugar al fútbol, una utopía. Con ese panorama, el encuentro se convirtió en una pelea de balones aéreos porque la única forma en la que se podía enlazar varios pases seguidos era evitando que la pelota tocara el ‘verde’. O más bien el barro, porque césped había poco.

Pedro y Saha, las torres de cada equipo arriba, se convirtieron en los grandes protagonistas. Los centrocampistas pasaron por el partido desapercibidos, porque la pelota pasaba directamente de la defensa a la delantera. En esa batalla el Marino, más acostumbrado a ese otro fútbol, fue superior. Aunque a los 8’ el campo también les jugó una mala pasada: un error de la defensa madridista dejó a Saha ante Belman, pero condujo el balón a trompicones y terminó desperdiciándola.

A la media hora de juego tuvo el Castilla su ocasión más clara de cambiar el rumbo de un desenlace que parecía inevitable. Centró Fran García desde la izquierda y el balón, rechazado por Trabanco, estuvo a punto de colarse en la portería de Porrón. El guardameta lo evitó y sólo tres minutos más tarde De la Fuente pecó de pardillo. En uno de los muchos barullos en el área se lanzó al suelo y derribó claramente a Lora. El ex del Sporting ha regresado a la mediapunta, demarcación que ocupaba en sus inicios antes de ser reconvertido a lateral. Álex Arias no desperdició la ocasión e hizo el primero desde los once metros.

En la segunda mitad el Castilla se desesperó. Raúl cambió el sistema: pasó a jugar con dos puntas para aprovechar las prolongaciones de Pedro. No hubo manera. El Castilla mantiene su dinámica irregular, aunque esta vez poco se le puede reprochar al filial. Lo que se vio en Luanco no fue fútbol. Hay que buscarle otro nombre…