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BETIS

El fichaje de Setién por el Barça, 'victoria' para muchos béticos

El entrenador cántabro, que hace unas semanas casi vuelve a Heliópolis, dividió a la afición verdiblanca. Mantuvo un pulso con Lorenzo Serra Ferrer.

Actualizado a
Serra Ferrer y Setién.
TONI RODRIGUEXZDIARIO AS

Goles salvadores, en el descuento ambos, de Nabil Fekir (al Celta) y Sergio Canales (al Valencia) evitaron en dos ocasiones que Quique Setién, con el que el Betis ya había pactado un regreso, volviera hace pocas semanas a Heliópolis. Su fichaje, apenas meses después de marcharse, habría supuesto sin duda un cisma dentro de la afición verdiblanca, donde el entrenador cántabro dejó (y no a partes iguales) una legión de detractores y de también no pocos defensores.

Curiosamente, el fichaje de Setién por el Barcelona se convierte en una victoria para los que apostaban por su continuidad en el Betis al menos un tercer año, los mismos que celebraron que podía regresar después del mal inicio de Liga con su sustituto Rubi. Y una derrota, no reconocida en muchos casos, para aquellos que creían que el cántabro era lastre para el "plantillón" confeccionado por la otra pata de la dicotomía que ha presidido Heliópolis durante dos años, el vicepresidente y mito bético Lorenzo Serra Ferrer. En los últimos tiempos, entrenador y máximo responsable deportivo eran auténticos antagonistas. Y al final, ambos acabaron en la calle. El club consideraba que el ambiente respecto a Setién era irrespirable y que Serra debía ocupar un puesto de menos responsabilidad que el mallorquín no aceptó.

Serra y Setién aterrizaron en al Betis casi al mismo tiempo, para preparar la 2017-2018. El mallorquín apostó por una audaz inversión económica en fichajes para que en dos campañas, Setién llevara al Betis a la Europa League, lo clasificara para dieciseisavos de la competición tras ganar en San Siro al Milán, ganara en el Sánchez Pizjuán, el Camp Nou y dos veces en el Bernabéu, alcanzara las semifinales de Copa del Rey... y lo tirara todo por la borda, para muchos, al caer eliminado por el Rennnes francés en la competición continental y acabar en un discreto 10º puesto liguero la temporada pasada.

Fueron sus declaraciones, más que sus resultados, las que menoscabaron la simpatía del preparador santanderino entre muchos aficionados. Meter la pata en sala de Prensa en más de una ocasión le hizo perder más crédito que el balón. Decepcionado por el runrún casi permanente en el estadio cuando su equipo abusaba del toque y no llegaban los goles, Setién llegó a ensalzar a la afición del Huesca en comparación con la verdiblanca, entre otras lindezas que no sentaron bien a muchos béticos. Pero para otros, por encima de exabruptos, su labor en lo deportivo fue notable. Tanto como para acabar ahora en el Barcelona.