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MANCHESTER CITY

Pep Guardiola, la vitamina que necesitaba Sterling

El técnico ha sabido explotar a la perfección sus condiciones para convertirlo en un atacante extraordinario.

Actualizado a
Pep Guardiola, la vitamina que necesitaba Sterling
Martin Rickett/PA Wire/dpa

Raheem Sterling es una de las piezas claves de mayor peso deportivo en el Manchester City de Pep Guardiola. Su presencia en el ataque de los Sky Blues marca la diferencia de forma rotunda, con cifras que empiezan a ser muy importantes y ya es considerado como uno de los jugadores más en forma del fútbol inglés y europeo.

Su fichaje por el Manchester City fue criticado en 2015, cuando dejaba el Liverpool, porque muchas voces sabias del lugar aseguraban que era puramente por motivos económicos y no tanto deportivos. Raheem Sterling saltaba a la fama en un Liverpool capitaneado por Brendan Rodgers y en el que se encontraban jugadores de la talla de Luis Suárez, Coutinho, Sturridge o Steven Gerrard. El canterano daba el paso de consolidarse en el primer equipo y se convertía en nuevo ídolo de las míticas gradas de Anfield. Por ello, muchos se tomaron su traspaso como algo más que una decisión deportiva.

El tiempo silenció a los críticos (aunque todavía no es bien recibido a orillas del río Mersey) y ha dado la razón al Manchester City traduciendo aquella inversión en uno de los mejores fichajes de la historia reciente del club del Etihad Stadium. Pura regularidad, explosión de su olfato goleador y una calidad innata que la plasma tanto a nivel de clubes como de selecciones. Uno de los jugadores ingleses más determinantes del momento. Uno de los atacantes británicos más en forma de las últimas temporadas. Y en la sombra, Pep Guardiola. En segundo plano, la figura de un técnico que ha sabido explotar a la perfección sus condiciones para convertir lo que era un simple extremo que determinaba partidos como complemento en un atacante extraordinario que firma cifras goleadoras a la altura de muy pocos en Inglaterra y con un grado de importancia muy alto. Antes vivía en la sombra de otros, y ahora es él, con su brillo deportivo, el que crea dichas sombras.

La progresión de Sterling en el Manchester City tiene un punto clave con nombre y apellido: Pep Guardiola. Las cifras deportivas de Raheem son una prueba evidente de que la llegada del técnico catalán a la ciudad del grupo Oasis ha sido la mejor de las noticias para su rendimiento. Y, además, ha transformado su personalidad, ha dado el toque de calma, madurez, seguridad y confianza que (quizás por edad) no tenía, convirtiéndole así en un futbolista que crea pesadillas de forma omnipresente en las defensas rivales.

Sterling antes de coincidir con Pep Guardiola:
24 goles y 23 asistencias en 126 partidos disputados.

Sterling desde que Pep Guardiola es su entrenador:
49 goles y 38 asistencias en 109 partidos disputados.


Tras las primeras 10 jornadas de Premier League disputadas, se encuentra entre los más determinantes goleadores del campeonato con 7 goles y es el segundo jugador más afinado de la plantilla del Manchester City, sólo superado por los 8 goles ligueros de Agüero. Sin embargo, abriendo el abanico en el global de la temporada las cifras sólo hacen que aumentar. Sterling ya suma 17 goles teniendo en cuenta sus cifras a nivel de clubes y selecciones, dejando claro que no es fruto de la casualidad.

Los números son rotundos. Tanto a nivel goleador como en su papel asistente. Su momento de forma viene dado por el trabajo intersemanal con uno de los mejores entrenadores del mundo. Ha madurado, y con ello mejorado su determinación. Ha dado un paso adelante, y así se ha convertido en un jugador casi imparable que posiciona el juego exterior del Manchester City como el complemento perfecto al estilo de toque y posesión implantado por el técnico catalán. Cuando el juego se atasca, aparece Sterling rompiendo por fuera. Cuando la filosofía de la creación no encuentra soluciones, aparece Sterling creando espacios. Sterling ha encontrado en Guardiola su mayor complemento, su mejor vitamina, su más necesaria herramienta táctica para mejorar como futbolista.