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REAL MADRID

Bale quiere salir en verano

Su exclusión ante el Brujas en Champions fue la gota que colmó el vaso de su paciencia. Se considera maltratado por Zidane y poco respaldado por la directiva.

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Bale quiere salir en verano
JAVIER GANDULDIARIO AS

Gareth Bale se ha hartado. Ya no puede más con su situación en el Real Madrid. En un momento en que empezaba a destacar, sabiendo que a medida que jugaba más y más partidos su estado de forma se afinaría... de repente vio el partido ante el Brujas en la grada. Nadie sabe bien por qué, no tenía nada, no se sentía cansado, no necesitaba reparar fuerzas. Sin explicación ninguna, regresó al equipo titular ante el Granada. No parece que sea la mejor manera de sacarle jugo a un futbolista que necesita sentirse importante. Y así es como ve lo que está sucediendo el jugador galés.

En realidad está con rabia, confuso. Y viene de atrás. En los últimos meses de la primera era Zidane, no contaba para el entrenador. A su vuelta, Zizou decidió que no le quería sin que nadie le haya ofrecido un razonamiento claro. Desde el club se le dijo que Zidane, con quien tiene una relación puramente profesional pero que nunca pasa por la empatía hacia el pupilo, había tomado una decisión inequívoca y que pasaba por su marcha.

Barnett, manos a la obra. Su agente Jonathan Barnett se puso a buscarle equipo aunque Bale prefería, por delante de cualquier otra posibilidad, quedarse en el Madrid. Lo que el galés no acaba de entender es por qué se le abrieron las puertas para después no dejarle marchar. El club accedió a no cobrar traspaso del Jiangsu Suning chino, pero en última instancia la entidad se echó atrás porque creyó que otro club chino estaba dispuesto a pagar un gran traspaso por James, un rumor que acabó por ser falso. Y eso fue lo que truncó la operación.

A diferencia de otros años, Bale tampoco se siente respaldado por el club. En el pasado la institución apoyó a otras estrellas, en especial a Cristiano Ronaldo, incluso publicando un comunicado mostrando amparo ante los problemas con Hacienda, un conflicto que sin embargo acabó con una multa considerable que debió pagar el portugués. El club ha dejado de ofrecer una barrera de protección o así lo siente el futbolista galés.

Gareth Bale ha jugado bien estas últimas semanas en parte porque está enfadado, como respuesta a la distancia y frialdad con la que le trata el entrenador, igual por fin rebelado ante su situación. Se dice que le gusta más el golf que el fútbol y es verdad que no vive la profesión con la intensidad de otros, ni dentro ni fuera del rectángulo de juego. Pero Bale entiende que ofrece un rendimiento bueno, que no merece el trato que se le está dispensando. Sólo pide minutos para poder dar su mejor versión y para poder ofrecer goles al equipo, una de sus carencias. Dejarlo fuera del partido ante el Brujas es de difícil compresión y ha sido la gota que ha colmado el vaso. Por primera vez desde que llegara al Madrid en el verano del 2013, el galés quiere marcharse del club.

Siente que no es justo lo que se está haciendo con él. No lo puede describir de otra manera. Para que el lector entienda mejor lo que le está ocurriendo, imaginen por un momento que estamos hablando de otro futbolista que ha ganado cuatro Champions, que ha marcado tres goles en dos finales europeas (uno de ellos de los mejores de la historia en una final de Champions) y un penalti en una tanda ganadora, que goleó también en la Copa del Rey que se ganó en el 2014, campeón de Liga, poseedor de tres Mundiales de Clubes y tres Supecopas europeas. Estamos hablado de una leyenda del club aunque la grada no lo sienta muy cercano. Vuelvan a leer su currículum. Piensen por un segundo que se trata, por ejemplo, de Kroos, Modric o de Carvajal, apreciados por la afición, con buena relación con los medios. Si se les hubiera tratado así, quizá estaríamos escuchando y leyendo cosas diferentes.

Bale vive en su mundo, alejado de los micrófonos, no se le conoce. Y es un objetivo fácil: extranjero y distante. Es cierto que su agente Jonathan Barnett, que ha tenido que hablar en su nombre y eso tampoco ha ayudado, pone el listón muy alto cada vez que dice que es el mejor del mundo, o que lo puede ser. Pero ningún análisis objetivo puede ignorar que ha sido, cuando ha estado bien de cuerpo y de cabeza, un jugador muy importante en la historia reciente del Madrid. ¿De verdad no puede añadir calidad en este equipo con tantos altibajos? ¿Por qué hay ese interés por reducir su presencia y su importancia? ¿Por qué no aprovechar lo que puede ofrecer?