Un enorme Munir salva un punto y dulcifica la caída libre del Málaga
Munir, con dos paradas escalofriantes a Carmona en tiempo de prolongación, salvó un punto para el Málaga. Respiro para José Alberto.
Munir, con dos extraordinarias paradas, ambas a Carmona, en tiempo de prolongación, salvó un punto para el Málaga ante un Sporting que fue de menos a más y que pudo pescar algo más en el rio revuelto de La Rosaleda. Los malaguistas volvieron a penar por la penosa planificación del señor Al Thani y la ausencia de un delantero resolutivo mientras que los asturianos tardaron demasiado en ser valientes. Séptima jornada consecutiva sin ganar de los de Víctor. Y quinto empate de los gijoneses cuyo técnico, José Alberto, pudo respirar.
Abdullah Al Thani, el presidente/tuitero recibió como regalo por su 52 cumpleaños un sonoro “¡Al Thani vete ya!” de una Rosaleda que está cada vez más harta de la funesta gestión del caprichoso sheikh. Después apretó animando a su equipo porque sabe que lo necesita. El Sporting, también con el agua al cuello y su entrenador, José Alberto, cuestionado salió con prudencia.
Los primeros 25 minutos transcurren con escasez de ideas y con los dos porteros como meros espectadores. El Málaga, a falta de otros recursos, busca el recurso de Cifu en banda derecha. Pasan tan pocas cosas que lo primero reseñable es la amonestación a Nacho Méndez por juego peligroso sobre Luis Hernández.
A los 31’ llega el primer remate a puerta, obra de Sadiku, que detiene Mariño. Después llega la pausa por hidratación que la grada aprovecha para volver a mostrar su repulsa e indignación con el dueño del club. Pocas veces se ha visto en un estadio tanta unanimidad en el rechazo hacia un dirigente. Con razón ningún miembro de la familia Al Thani acude al palco. La afición se lo recordó: “¿Dónde están, los hijos de papá?”. Y por supuesto, la grada, a muerte con Víctor y los jugadores.
El partido era soporífero. Más respeto mutuo que ideas y muy poco desparpajo. Ritmo lento y cansino y con la sensación de que unos y otros anteponían el fallo ajeno a la creatividad. El primer remate del Sporting, de Nacho Méndez, desviadísimo. El aburrido primer tiempo concluye sin goles, sin ocasiones y sin juego.
El segundo tiempo empieza con la primera gran ocasión del partido. Djurdjevic, adelantándose a la defensa, remata desde cerca y el balón sale lamiendo el palo izquierdo de Munir. A los 57’ Sadiku cabecea mal en buena posición. Un minuto después llegan los cambios, Lorenzo González (no le salió ni el balón parado ni las bicicletas) deja su puesto al habilidoso canterano Antoñín en tanto que Álvaro Vázquez releva al desafortunado Djurdjevic.
Se alcanzaba el minuto 80 y la sensación de miedo a perder aumentaba sobre el verde. A los 85’ otra vez Adrián lo intenta tras una muy buena acción de Antoñín, plena de desparpajo y que tenía en tensión a Molinero.
A los 89’ Álvaro Vázquez tuvo su ocasión tras una buenísima recuperación del excelente Aitor García. Pero se trabó en la definición. A los 91’ Munir hizo un paradón escalofriante a un cabezazo, a bocajarro, de Carmona, otra de Luis Muñoz y nuevo paradón de Munir, otra vez a Carmona. Providencial como siempre el melillense. La trepidante prolongación compensó 90 minutos insoportables. Nueva desazón para el Málaga que acumula siete jornadas sin ganar y no conoce la victoria en La Rosaleda. Y punto para el Sporting que alivia a su entrenador y que, visto el final, le sabe a poco. Mientras Okazaki golea en Huesca, el Málaga sufre al presidente/tuitero.