El Cádiz rompe su mal fario en Anduva
El conjunto amarillo aprovechó los regalos locales para sumar la victoria.
El Mirandés ha comprobado en sus propias carnes que los regalos se pagan muy caros en la categoría de Plata. Los rojillos se estrenaron en Anduva con derrota ante el Cádiz (1-2), que también aprovechó su superioridad numérica sobre el césped. Cuando el cuadro local había hecho lo más difícil, Alex se encargó de devolver la ventaja cadista al marcador desde los once metros y sin tiempo para la reacción. Nada conforme quedó la parroquia local con la actuación arbitral. El Mirandés ha recibido dos expulsiones y tres penaltis en contra en las dos primeras jornadas del campeonato.
La tonta expulsión de Álvaro Rey hizo cambiar los planes iniciales de Andoni Iraola. El equipo tuvo que replegarse tratando de dosificar esfuerzos frente a un rival que tampoco se prodigó en exceso en ataque en el primer acto. Sólo Merquelanz y Espino, que hizo lucirse a Limones, dispusieron de dos buenas ocasiones que no acertaron a concretar para sus equipos. El choque se animó tras el descanso. Los pupilos de Álvaro Cervera metieron una marcha más. En apenas cinco minutos asediaron la portería mirandesista con tres ocasiones. Primero Rhyner cabeceó alto un balón desde la esquina, después Bodiger disparó desviado y para acabar Limones desbarató con acierto el remate de Alex.
Fueron los avisos antes de que el cuero finalmente se colase en la portería. Salvi ganó la línea de fondo, Limones no atajó el esférico que cayó muerto en los pies de Perea que solo tuvo que empujarlo a la red (0-1). Iraola metió más pólvora con la entrada de Ernest e Iñigo Vicente y el equipo mejoró. Llegó a empatar con un lanzamiento de falta de Merquelanz que tropezó en la barrera despistando a Cifuentes (1-1). La afición rojillo trató de dar un último aliento a los suyos, pero la alegría apenas duró un minuto. Sergio cometió un inocente penalti que Alex se encargó de materializar (1-2). El colegiado también expulsó al técnico local en una prolongación en la que ya no se movió el marcador.
