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REAL MADRID

Marcelo se crece sin Mendy

El defensa del Real Madrid se reivindica esta pretemporada aprovechando la lesión de Mendy, su competidor en el carril izquierdo.

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Marcelo se crece sin Mendy

Marcelo Vieira ha sido una de las pocas notas positivas de la pretemporada del Real Madrid. El jugador brasileño es el que más minutos ha disputado de toda la plantilla siendo titular en seis de los siete encuentros de preparación de los blancos. En los 473 minutos que ha jugado le ha dado tiempo a marcar un golazo contra la Roma y repartir dos asistencias.

Si el curso pasado la luz de Marcelo estaba más apagada que de costumbre, este verano el rendimiento ofensivo del segundo capitán del Real Madrid ha recobrado su habitual importancia. El carioca es el jugador que ha participado en más tantos en esta pretemporada (con tres jugadas de gol), después de las cinco de Benzema. 

La baja de Ferland Mendy supuso una oportunidad para el veterano defensa de Río de Janeiro, que decidió no desaprovechar la coyuntura. A petición de Zidane, el Madrid se gastó este verano 50 millones de euros en el lateral francés, que se lesionó después del segundo amistoso contra el Arsenal. Desde entonces, no ha vuelto a jugar y no se le espera hasta la segunda jornada de LaLiga contra el Valladolid.

Marcelo se ha relanzado gracias a la continuidad que no gozó la temporada pasada. Si con Solari era un jugador de banquillo, para Zidane es intocable. El lateral, respondió a la fe inquebrantable del marsellés y volvió de las vacaciones más fino que nunca. Un estado de forma que le ha permitido sufrir menos a la hora de bajar a defender. Aún así, el carrilero ha padecido en algunos amistosos, como en la abultada derrota contra el Atlético. 

Para reforzar la maltrecha banda izquierda, Zidane ha apostado por una defensa de tres centrales y dos carrileros en estos dos últimos encuentros de preparación. Un sistema que viene para quedarse y que beneficia a Marcelo. El lateral de 31 años tiene menos obligaciones defensivas y más libertad para alimentar su consabida vocación ofensiva.