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BARCELONA 2 - NAPOLÉS 1

Uno por uno del Barça: Neto y Todibo muestran credenciales y Rakitic es imprescindible

El portero brasileño estuvo a un nivel excelente y junto al joven central francés fueron la mejor noticia de un partido de mero trámite que volvió a decidir el croata.

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Uno por uno del Barça: Neto y Todibo muestran credenciales y Rakitic es imprescindible

Neto. Convincente. Tres paradas de mérito en la primera parte y dos más en la segunda. Claro que tener a Junior, Wague y Umtiti delante es sinónimo de saber que vas a tener mucho trabajo. Las de las suyos no las pudo parar.

Wague. Incomprensible. Físicamente está para la Maratón de Sables, pero si le das un balón puede pasar cualquier cosa. Defensivamente es un caos que sale mal la mayoría de las veces y en ataque, lo mismo y a veces sale bien. O casi.

Umtiti. Lejano. No es el jugador de su primera temporada. Dejando a un lado que se marcó un gol en propia puerta (le puede pasar a cualquiera) parecía el novato cuando tendría que ejercer de veterano. Da la sensación de que no llega.

Todibo. Oasis. En medio de una defensa de circunstancias, el central francés fue de lo más aprovechable. Rápido en el corte, contundente en la marca y descarado con el balón. Hay central para tiempo si no se tuercen las cosas.

Junior. Novatada. Pagó el pato de su primer día en la oficina. Callejón le ganó la espalda cada vez que quiso y sus carencias defensivas no feron compensadas con sus piernas (le sobran) para sumarse al ataque. Hay que darle tiempo. Acto de valentía ponerle a jugar.

Sergio Busquets. Goleador. Un disparo suyo desde la frontal del área supuso el primer tanto del Barcelona. Una suerte en la que se prodiga poco y debería hacerlo más. Ese gol volvió a maquillar otro partido bastante gris.

Rakitic. Determinante. El croata siempre destaca por su ímpetu y por su manera de jugar sin renunciar a nada. Ante el Nápoles dio la sensación de negociar el esfuerzo en un principio. No hizo nada mal, pero se le vio algo ausente del juego en ocasiones hasta que apareció a falta de diez minutos para marcar otro gol determinante.

Riqui Puig. Fogonazos. Cuarta titularidad en cuatro partidos de pretemporada y sigue haciendo alguna cosita bien y luchando contra el anonimato en la mayoría del tiempo. Busca el nivel para asentarse en el primer equipo en una posición tan clave como la de interior izquierdo. Promete tanto como lo que le falta.

C. Pérez. Irrelevante. Tuvo una ocasión de gol en la única jugada en la que intervino en campo rival y el portero la rechazó. Irrelevante la mayor parte del tiempo en el que estuvo en juego.

Suárez. Profesional. Como siempre, las cosas le saldrán o no, pero él lo intenta siempre porque sabe que ahñi está la clave de su juego. En la primera parte lucho como un loco por todos los balones pero sin suerte. Jamás desespera.

Griezmann. Generoso. Su primer cuarto de hora fue muy bueno. Lo hace todo bien conceptualmente pero le falta marcar goles y ser más peligroso. Da la sensación de querer jugar demasiado para el equipo y no entender que es lo que equipo el que le necesita.

Rafinha. Intenso. No negocia ni un balón. Las pretemporadas siguen siendo el reflejo del jugador que puede llegar a ser y al que las lesiones limitan. Tiene un recorrido que va más allá de lo que el fñutbol y la mala suerte le ofrecen.

Abel Ruiz. Listo. En cuanto se encontró con los socios a los que está acostumbrado a coincidir en los equipos inferiores dio la imagen de lo que puede llegar a ser. Un futbolista con mucho sentido de equipo y que se entiende bien con Carles Pérez y Riqui Puig.

Dembélé. Eléctrico. En su primera acción disparo al palo. Jugño media hora y dejño bastante claro que cuando sale desde el banquillo soprende a los suyos, pero más a lo srivales.

De Jong. Organizador. Salió para jugar los últimos 25 minutos y tratño de poner orden en el centro del campo y dar descanso a los centrocampistas cuando el partido ya no tenía mucho que ofrecer.

Semedo. Desubicado. Salió buscando el ataque cuando el partido pedía control y perdió la espalda varias veces .

Piqué. Tranquilo. Salió a no comlicarse la vida y tampoco se la complico de demasía. Perfectamente consciente de que salió a mantener el resultado y a tener a raya a gente como Milik.