#WoodwardOut, el hashtag de la indignación de la afición del United
El vicepresidente ejecutivo del conjunto de Old Trafford no ha conseguido cerrar casi ningún jugador de los que han sonado para reforzar al equipo.
Muchos son los nombres que han sido relacionados con el Manchester United durante este mercado estival de fichajes para hacer borrón y cuenta nueva tras una decepcionante temporada, pero pocos han desembarcado en Old Trafford: Aaron Wan-Bissaka, Daniel James y Harry Maguire son las únicas incorporaciones realizadas por los red devils.
Dicho de otra manera, han llego solamente un lateral, un centrocampista ofensivo y un central y se han dejado sin reforzar la delantera y la parcela defensiva del centro del campo tras las marchas de, entre otros, Romelu Lukaku y Ander Herrera.
Milinkovic-Savic, Bruno Fernandes, Eriksen, Longstaff, Lo Celso y Thomas Partey son varios de los jugadores que estaban llamados a darle un lavado de cara al conjunto entrenado por Ole Gunnar Solskjær y a ilusionar a una afición que tendrá que conformarse con ver a su equipo jugando la Europa League la próxima campaña. En el caso de los dos primeros mencionados, estuvieron muy cerca de unirse al conjunto mancuniano según la prensa inglesa, pero por unas razones u otras las operaciones no llegaron a fructificar.
Para muchos aficionados el culpable de esta situación tiene nombre y apellidos: Ed Woodward. El vicepresidente ejecutivo y responsable de la política de fichajes del Manchester United ha sido objeto de la ira mostrada por multitud de aficionados de su propio club en Twitter hasta tal punto que el hashtag #WoodwardOut se ha convertido en tendencia en la mencionada red social.
Listas de jugadores que han sonado con fuerza como posibles fichajes, el hecho de que el equipo no ha estado ni cerca de ganar la Premier League en los últimos años, jugadores que se han ido sin que se les haya buscado un recambio ... son algunos de los hechos que motivan el descontento mostrado en las redes por aficionados de este histórico equipo inglés que, salvo que los resultados digan lo contrario, tendrán que aguantar otra temporada complicada.
