Luca Zidane para un penalti en su estreno con el Racing
El equipo racinguista ilusionó en Guarnizo, con buena actuación del exmeta del Madrid y un doblete del gaditano Barral.
No es que sirva de mucho, pero nunca está de más empezar bien una temporada, como hizo el Racing en Guarnizo, especialmente en la segunda mitad, donde dominó de cabo a rabo a la Cultural. Y lo que vale para el equipo, vale para los jugadores. Si no, que se lo pregunten a Luca Zidane, que dejó un paradón para detener un penalti a Leguina, a Abraham Minero, fenomenal por su banda, y a Barral, que firmó dos goles, uno bellísimo. Buen Racing y digna Cultural... Hasta que se quedó sin gasolina.
Iván Ania aprovechó este primer partido de la pretemporada para, como es lógico, dar minutos a todos los jugadores que llevan trabajando con él desde el 8 de julio, con la excepción del lesionado Rafa Tresaco y de Germán, el tercer portero. Como en el verano pasado, el míster ovetense ha empezado disponiendo a su equipo en un 4-4-2, sistema con el que apenas jugó durante la competición, en la que el dibujo tipo fue el 4-2-3-1. Previsiblemente, cuando le lleguen los extremos que necesita (entre otros muchos fichajes, incluidos un central y un punta de referencia), volverá a tirar de su propio librillo.
El primer tiempo, desde luego, no pasará a la historia, pero sirvió para que los aficionados vieran las primeras evoluciones como racinguistas de Moi y Marco Camus. El santanderino, aunque no acabó con precisión ninguna acción, demostró que tiene una salida de regate potentísima, muy difícil de parar por el lateral contrario.
Un gol perdonado de manera inverosímil, sin portero, por César Díaz y Siverio, nada más empezar y dos cabezazos de Olaortua, uno fue a gol, anulado por fuera de juego, y otro acabó en la escuadra, fueron lo más destacado de unos primeros 45’ en los que el Racing llevó el peso del juego y destacaron, sin pasarse, Olaortua y Sergio Ruiz.
En la segunda mitad, con la presentación de Nuha, el Racing fue muy superior, con Abraham Minero dando un curso por el carril izquierdo, moviendo rápido el balón, buscando diagonales a la espalda de la defensa y centrando mucho, y bastante bien, al área. Y, además, claro, el paradón de Luca Zidane, que dará que hablar.