Odegaard pone la calidad; Isak y Portu, los goles
El noruego da un recital en el triunfo (0-5) del primer amistoso de la pretemporada de la Real ante el Lagun Onak.
Martin Odegaard ya deslumbra en la Real Sociedad. Al jugador noruego cedido por el Real Madrid le han bastado 45 minutos del primer amistoso de la pretemporada realista para dar su primer recital de regates, pases entre líneas y asistencias, como la del 0-2 a Adnan Januzaj. Antes el belga, que también destapó el tarro de la esencias tras unas vacaciones en las que no ha parado de hablarse de su posible salida, para servir en bandeja el primer gol de la pretemporada a Aihen Muñoz, inesperado goleador en Azpeitia. Pero es que antes Odegaard ya había hecho de las suyas con pase de gol maravilloso a Isak que el sueco no quiso perdonar, porque hubiera sido una sacrilegio. Pero el banderín del linier fue implacable, y privó a ambos fichajes de la gloria a las primeras de cambio. Lo que no pudo es ensombrecer es el primer partidazo del noruego, que ayudó a encarrilar la cómoda goleada de la Real en Azpeitia (0-5) contra el Lagun Onak, un primer rival menor al ser de Tercera división y llevar apenas dos días entrenando, pero que se empeñó en ser un buen sparring para los realistas.
Al jugador noruego se le vio participativo, pidiendo el balón todo el rato, mostrándose y queriendo demostrar, asociándose con sus compañeros, como si quisiera recuperar el tiempo perdido en nuestro país. Junto a Januzaj y Alexander Isak fue el que más quiso alborotar el partido. Odegaard enseñó a todo el mundo que su crecimiento en Holanda los dos últimos años no es casualidad y que vuelve hecho más y mejor futbolista. Lo de Azpeitia se recordará siempre como una buena tarjeta de presentación. Aunque no fue la única. Porque pese al cartel del noruego por aquello de que viene del Madrid, no puede eclipsar que el resto de fichajes de este verano también brillaron con luz propia. Cada uno a su manera. Remiro apenas tuvo trabajo, pero se mostró seguro y tranquilo, y tampoco parecía fácil porque llevaba mucho tiempo sin ponerse bajo los palos durante un partido. Y Alexander Isak no paró de buscar el gol que le permite tener buenas sensaciones en Donostia desde el principio hasta que lo encontró con el 0-3 a la media hora de juego.
Ya en la segunda parte debutaron los dos refuerzos que faltaban: Sagnan y Portu. El francés demuestra ser un jugador muy voluntarioso, que vale para un roto y un descosido, pero evidencia que aún le falta un punto de madurez que Imanol Alguacil tendrá que trabajar en Zubieta. Hay madera, pero aún está algo verde. No se puede decir lo mismo de Portu. El murciano está más que maduro, está listo para ser degustado por la afición txuri-urdin. No será el jugador más técnico de la plantilla, pero como demostró en Azpeitia no da un balón por perdido, lo pelea todo e imprime a cada acción una intensidad que se echaba en falta en esta Real. Así marcó su primer gol, el 0-4; y así estuvo a punto de hacer el quinto del encuentro en una notable acción individual que solo un paradón del portero del equipo azpeitiarra evitó que fuese gol. Llevó el ‘7’ a la espalda, y aunque sea pronto para saber si será su dorsal definitivo, puede ser un digno heredero de otro ilustre hoy en día muy de actualidad que lució ese número en la Real, Antoine Griezmann. Otro dorsal significativo fue el que lució Willian José, que llevó el 9 en la camiseta, ese número de goleador que LaLiga le negó la pasada campaña cuando Agirretxe anunció su retirada. Ya dijo que su ilusión era lucirlo este año, y verle en Azpeitia con ese número puede ser unas declaraciones de intenciones: el brasileño se queda. Y encima cerró la goleada, de penalti, redondeando una primera tarde más que positiva de la Real de Alguacil. Aún le queda mucho por pulir, pero bien está lo que bien acaba. Y hablando de acabar, lo hacemos con la ausencia de la tarde: Gero Rulli. Otro detalle significativo. Debut de Remiro, desconvocatoria del argentino. ¿Es la imagen del cambio en la portería realista? ¿Tendrá que algo que ver con Oporto? ¿O simplemente es que Alguacil debía gestionar a los cuatro porteros con los que trabaja? Porque Moyá tampoco jugó y en la segunda parte lo hizo el canterano Zubiaurre. Solo el tiempo resolverá estas dudas. Y parece que tampoco tardará mucho.
