PRESENTACIÓN JOVIC / INTRAHISTORIA
Todo por un balón de Jovic: pancartas, una clase de serbio...
"Teníamos una corazonada y todo ha salido como esperábamos", asegura uno de los afortunados que se hizo con uno de los balones lanzados por Jovic.
La presentación de Jovic dejó varias intrahistorias en el césped del Santiago Bernabéu: marcó un gol, se besó el escudo cuatro veces y repartió varios balones a los aficionados. Cuando el serbio saltó al campo algo le llamó la atención en la primera fila. Los gritos en serbio emocionaron al nuevo fichaje madridista, quien acabó regalando un balón a los protagonistas. Esta historia, con final feliz, esconde un plan estratégico con muchas horas de trabajo.
Un grupo de siete aficionados madridistas llevaban un año esperando a que el Real Madrid realizase otra presentación. El motivo principal no era otro que el de quitarse una 'espinita' que tenían clavada desde la de Álvaro Odriozola, donde les robaron un balón que ya tenían en las manos. "Tuvimos la suerte de coger un balón lanzado por Álvaro, pero un hombre nos lo quitó y se fue corriendo", confiesa Gonzalo.
Estos chicos del Barrio de Salamanca estuvieron trazando un plan desde las doce de la mañana del pasado martes, justo cuando el Madrid oficializó la presentación de Jovic. "Teníamos que llamar la atención de Jovic para que nos diese un balón. Un amigo de mi hermano es profesor de serbio y nos dio una pequeña clase con palabras rápidas", desvela Joaquín Perera.
El plan era el siguiente: Joaquín y Juan iban a gritar varias palabras en serbio. Rodrigo y Álvaro se iban a encargar de hacer tres pancartas pidiendo el balón. Y, por último, Jara, Gonzalo y Luis iban a despertarse a las siete de la mañana para ser los primeros en entrar.
Estos siete aficionados madridistas se acostaron a las dos de la mañana con todos los deberes ya hechos. Jara, Gonzalo y Luis fueron los primeros en llegar al Santiago Bernabéu a las 8:30 y los últimos en irse a las 14:30. Joaquín y Juan gritaron varias expresiones en serbio. Rodrigo y Álvaro diseñaron tres pancartas, una de ellas en serbio, pidiendo el balón y otras en inglés: "Jovic a ball".
El gesto del serbio regalándoles un balón desencadenó muchas emociones en estos aficionados: "Es lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo. Teníamos una corazonada y todo ha salido como esperábamos. No tengo palabras para explicarlo", zanjó Joaquín.