Waldo vuelve a dar vida al Valladolid, chafa al Athletic y desciende al Rayo
El canterano pucelano marcó un golazo en la primera parte que le vale a su equipo para salir del descenso otra vez, mientras que el Athletic se vio superado en la primera parte y no acertó en la segunda.
El Real Valladolid logró una nueva victoria por la mínima (1-0), la novena. Y todas ellas por un gol de diferencia. Como nueve son los encuentros que ha conseguido dejar su portería a cero. Masip soltó un gran partido, pero el protagonista fue Waldo. Dice el refranero español que no hay mal que por bien no venga. Cuando Pablo Hervías se lesionó apenas un mes después de ser repescado en el mercado de invierno, la opción de subir a Waldo del filial parecía la menos mala. El pacense, desde el principio, enamoró a la parroquia blanquivioleta con su verticalidad y atrevimiento, titular indiscutible. Desde ayer, está elevado al altar de los héroes blanquivioletas gracias a un golazo de bandera desde fuera del área que le dio los tres puntos al Real Valladolid, precisamente, frente al equipo de la cantera por antonomasia, el Athletic. Un equipo bilbaíno poco reconocible en la primera parte y mucho más creíble en la segunda. En la primera no fue capaz de igualar la intensidad local, ni de ganar duelos, menos de crear más de una ocasión clara. En la segunda, sin embargo, los de Garitano apretaron y pudieron empatar por calidad y ocasiones, pero la suerte no estuvo de su parte en el encuentro de Zorrilla.
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Los de Sergio salieron al partido con la intención inequívoca de buscar la portería de Herrerín. La banda izquierda volvió a ser un filón con Nacho y Waldo haciendo sufrir a Capa. De esta manera, y por oleadas, los pucelanos se asomaban a la portería bilbaína. Unal cruzó su disparo por poco antes de que Waldo hiciera la obra de arte de la tarde. Tras haber cabeceado un balón franco que paró el meta vasco, el canterano pucelano corría junto a Nacho, pero en vez de darle el balón al espacio al lateral, el pacense se buscó el espacio hacia adentro y su obús con la pierna derecha se fue a la escuadra de Herrerín. Era el justo premio a unos primeros 20 minutos brillantes de los vallisoletanos. A partir de ahí, los de Garitano, que volvía al José Zorrilla, se estiraron, empezaron a ganar disputas y el partido se equilibró. Pese a ello, las ocasiones eran pucelanas. Primero Míchel y luego Óscar Plano buscaron el gol, pero sin acierto. Tampoco tuvo fortuna Muniain en la oportunidad más clara de los visitantes. De Marcos puso un centro desde la derecha, la defensa pucelana estaba descolocada y el pequeño jugador del Athletic cabeceó solo, pero el esférico se fue arriba.
Los vallisoletanos no se arredraron en la salida de la segunda parte. Unal, que hizo un partidazo, el mejor desde que viste de blanquivioleta, volvió a tocar el balón en un gran centro de Míchel, que se fue por poco. Esa ocasión despertó a los bilbaínos que se libraron de la expulsión de Capa, con dos faltas merecedoras de tarjeta cuando ya tenía una. Los de Garitano se estiraron y mejoraron mucho con la entrada de Raúl García. San José pudo marcar de cabeza, como también lo pudo hacer Williams de volea, que se fue fuera. El Valladolid sufría, perdía tiempo, el Athletic apretaba, sin agobiar, hasta los últimos diez minutos cuando Raúl García intentó hacer una vaselina por encima de Masip y obligó al portero blanquivioleta a hacer un paradón. No llegó, sin embargo, el meta pucelano al cabezazo de Núñez, pero el esférico se estrelló en el palo certificando la victoria vallisoletana, que le saca del descenso, deja tocado al Athletic en su pelea por Europa y desciende, indirectamente, al Rayo Vallecano.
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Sergio: "La primera media hora fue excelente"
El entrenador del Real Valladolid, Sergio González, se mostró exultante tras la victoria de su equipo, que le permite salir de puestos de descenso, y señaló que "los puntos eran vitales" y se afrontó el partido "muy fuerte", al tiempo que valoró a la afición, por el gran apoyo mostrado.
Según indicó, "la primera media hora fue excelente, porque se generó peligro y se hizo el gol, aunque ellos lo equilibraron en la segunda mitad" y admitió que han tenido "la suerte" que les ha sido esquiva durante la temporada, para evitar el empate de un rival que apretó en los compases finales. "No deberíamos estar jugando estas finales por el rendimiento del equipo, pero tiene alma y entrega, y es una pena estar en el filo del abismo y será, precisamente, esa actitud, esa fe de los jugadores y de la ciudad, la que nos va a dar fuerza para asegurar la permanencia", matizó.
En su opinión, el triunfo supone dar un "paso de gigante", porque les hace volver a depender de ellos en la lucha por la salvación y ahora quiere que todo el equipo "haga un reseteo" y aparque la presión que ha sufrido esta semana, ya que sabían de lo determinante de este choque.
Además, valoró el hecho de haber dejado la portería a cero por segundo partido consecutivo en casa, ya que el bagaje ofensivo del equipo "es escaso" y, por tanto, cada gol "debe multiplicarse por más", aseguró González, quien explicó que Kiko Olivas sufre un esguince en el tobillo.
El técnico catalán destacó que "el bloque es el que ha mejorado, porque la defensa ha sido más compacta, dejando poca distancia entre líneas, pero el mérito es de todos, con un gran nivel de centrales y laterales y una mejora en todas las facetas, fruto de esa fe y entrega de todos los jugadores".
Aunque aclaró que "las cuentas ya no salen" y que el fútbol "no suele tener lógica", el objetivo ha de ser "sumar los máximos posibles", comenzando por el próximo partido ante el Rayo, ya que una nueva victoria podría suponer dejar amarrada la permanencia, para la que ya han dado "un golpe de efecto", con la victoria ante el Athletic.
Por último, indicó que Waldo metió "un golazo" y que ha sido "una bendición" para el equipo, por "su descaro, su capacidad para desequilibrar las defensas y su golpeo", que le está permitiendo "comerse el campo" y que, con ese tanto, "ha recibido el respaldo para sentirse todavía más jugador del primer equipo".
Garitano: "El Valladolid salió más enchufado e intenso"
El entrenador del Athletic Club, Gaizka Garitano, reconoció este domingo, tras perder ante el Real Valladolid por 1-0, que el equipo blanquivioleta "salió más enchufado e intenso" y les desbordó. Garitano destacó que el Athletic mejoró en la segunda mitad, pero "el balón no quiso entrar".
Según explicó en rueda de prensa, en los treinta minutos iniciales su equipo "no" estuvo bien y el Real Valladolid se mostró "más intenso en los duelos y las disputas", pero a partir del "gran gol" de Waldo su equipo "estuvo bien" e hizo "todo para empatar". "El Valladolid tuvo la suerte que no ha tenido otros partidos", añadió Garitano, quien aseguró que, para conseguir la clasificación europea, deberán luchar hasta el final ya que "nadie dijo que fuera a ser fácil" y ahora lo importante es "pensar en ganar al Celta" en el próximo compromiso.
Sobre su decisión de no alinear a Raúl García de inicio, señaló que pretendía "enganchar más juego con Iker en la media punta, con gente más rápida arriba", e indicó que el problema fundamental fue que su equipo "debió salir más enchufado".
"Hemos sufrido con el balón, perdimos muchos balones, y eso te obliga a estar perfecto en defensa, pero se cometen errores y, aunque fuimos mejorando, terminando bien la primera mitad y controlando mucho más en la segunda, el gol no llegó", insistió.
Por último, comentó que quedan "dos partidos decisivos" a los que el Athletic "llega bien", porque sigue siendo "de los mejores en las últimas jornadas, con números de 'Champions'", lo que le hace ser "optimista".