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ATLÉTICO

Ocho kilos de más, su paso por Vigo y otras indisciplinas de Costa

El jueves se negó a entrenarse con el grupo tras recibir un expediente sancionador del Atlético por su expulsión en el Camp Nou.

MadridActualizado a
Ocho kilos de más, su paso por Vigo y otras indisciplinas de Costa

La negativa de Diego Costa el jueves a entrenarse con el grupo como uno más después de recibir un expediente sancionador por su expulsión en el Camp Nou, ante el Barcelona, por insultar gravemente al árbitro (ocho partidos impuesto por Competición y ratificados por Apelación) cuenta quién es Costa. Único para lo bueno y para lo malo. Tan pronto como se enfadó, recapacitó tras hablar con el club y reconocer que se había equivocado. El viernes fue un borrón y cuenta nueva: volvió a entrenarse con el club y aquí no ha pasado nada. No es la primera vez que una indisciplina suya llena titulares, negritas... y se olvida tan pronto como vino. Es su capacidad. Quien le conoce bien explica por qué. "Diego es como un niño grande". Y así se comporta. Todo corazón e impulso, lo escrito, en lo bueno y en lo malo

Los kilos de más en San Rafael 

Julio de 2010. Diego Costa llega a la pretemporada de San Rafael en su tercera temporada como rojiblanco y con una única pregunta en la cabeza: "¿Dónde jugaré esta temporada?". Porque en el Atleti no era. En el Atlético era un llegar para salir cedido. Celta un año, Albacete otro, Valladolid el anterior... Acapara, sin embargo, las miradas de aquellos primeros días de estadía. Más que él su barriga. Ha cogido peso en el mes y poco de vacaciones del equipo. Mucho peso. Ocho kilos de más.  No serían su 'única vez': también tendría 'problemas de báscula' en el Chelsea o en la Selección, y hasta en su regreso al Atlético, donde en su verano de 'indisciplina' por regresar, todo el mundo volvía a dirigir los ojos al mismo sitio que en aquel verano de 2010: su barriga

Su 'no' al Chelsea: el largo verano de Costa en Lagarto

Costa es carácter, Simeone bien lo sabe, por eso representa como ningún delantero el 'cholismo'. Y quizá su mayor acto de indisciplina lo cometió en aquel verano de 2017 en el que forzó y forzó para regresar al Atlético. Primero no regresó a Londres cuando el Chelsea regresó a los entrenamientos. Un Chelsea que llegó a apartar los coches del hispano brasileño del parking de jugadores del primer equipo para situarlo en el de los jugadores del B. Hizo el mismo efecto que nada. Lo mismo dio. Costa no regresó. De hecho Costa respondió con un vídeo en Instagram de una fiesta en la que se vestía con una camiseta... del Atlético... mientras le enviaba un abrazo a Conte, entonces su entrenador, por medio de Cesc. Una indisciplina necesaria para hacer clic y abrir esa puerta que llevaba tres años deseando abrir: la de su regreso al Atlético. 

Aquella primera cesión en Vigo...

"La indisciplina marca a Diego Costa desde su llegada a Vigo". Este es un titular de una información de La Voz de Galicia el 10 de diciembre de 2007 y resumía aquella, la primera cesión de muchas que Costa viviría en el Atlético. Desde celebrar un gol rival bailando con el banderín de córner, a un encontronazo con Welligton, portero rival. Le daría un golpe. Después explicaría que no sería intencionado, "pero lo merecía". También dejaría a su equipo con diez a los 18 minutos del comienzo de un partido por protestar y simular una caída o darle un pase torero ante un contrario con un 3-1 en el marcador...

La expulsión en Barcelona y su 'no foto' en Instagram

Cierto es, con los números en la mano, que el regreso de Costa de momento no está siendo como se esperaba. Las lesiones apenas le han permitido jugar esta temporada 21 partidos de 45 posibles, una falta de continuidad traducida en goles, apenas cinco, nada para un futbolista como Costa. Tanto como que cuando Costa está, el Atlético entero ruge. Se vio en la Supercopa de Europa, con su doblete al Madrid, protagonista del partido, en su regreso al Atlético en enero de 2018: en apenas cinco minutos fue todo Costa. Gol, tangana y casi lesión. Simeone sonreía en el banquillo como sólo se hace ante alguien que acaba de hacer presente el pasado. Su expulsión en Barcelona y los ocho de partidos de sanción provocan que no volverá a vestirse de rojiblanco en la temporada... cuando hay muchas dudas sobre su continuidad. A principio de temporada pidió más dinero por la comparación con el nuevo sueldo de Griezmann y ahora ha sucedido un extraño que coincide con su negativa a entrenarse el jueves. Durante muchos meses, desde que regresó al Atlético, la foto de perfil de Costa era el triunfo en la Europa League del pasado mayo... En las últimas horas, sin embargo, es una sombra. O, mejor dicho, no es nada: Costa la ha quitado. Es gris sobre blanco. Quizá en las próximas horas haya cambios, como sucedió ayer, cuando regresó a entrenarse con el equipo como si el día anterior no hubiera pasado nada. Así es. Genio y figura, extremo en todo.