La alegría en el derbi asturiano vuelve a teñirse de rojiblanco
Djurdjevic falló un penalti para el Sporting en el minuto 72 y el Oviedo vio anulado un gol de Ibrahima al final del encuentro.
Son varias las generaciones de sportinguistas las que no habían visto ganar a su equipo al Oviedo, el eterno rival. A partir de anoche ya pueden contarlo. No fue un triunfo brillante; sobre todo sufrido pero merecido porque el Sporting fue quien más buscó el gol.
Un solitario tanto en la primera parte, al alimón entre Bolaño y Álex Alegría, dejó los tres puntos en El Molinón, donde la victoria pudo ser más amplia porque los locales desperdiciaron un penalti que Champagne le paró a Djurdjevic. Pero también pudo haber empate al final.
La polémica apareció entrando en el tiempo añadido por un gol de Ibrahima anulado por falta del delantero senegalés sobre Peybernes. Con el francés en el suelo, Ibra disparó y batió a Mariño pero el árbitro señaló falta.
La primera parte resultó muy igualada aunque tuvo a un Sporting más ambicioso en busca de la portería rival. La prueba se la quedaron los porteros: Champagne tuvo que atrapar el balón en varios disparos rojiblancos, mientras que los azules no chutaron sobre la portería de Mariño.
El gol desequilibró el partido y lo condicionó de cara a la segunda parte. El Oviedo no tuvo más remedio que tomar el mando y salir en busca del empate al menos. Tuvo más el balón ante un rival encogido, esperando la contra, pero remató muy poco. El primer tiro fue de Bárcenas en el minuto 60 y la mejor ocasión fue para Toché, en el 88.
El derbi asturiano se tiñó al final de rojiblanco, pero el Oviedo puede decir que sigue aún por encima en la clasificación.