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BARCELONA

El expediente Malcom

Desde que marcó en la ida del Clásico de Copa y alteró la defensa del Madrid, no ha jugado ni un solo minuto. Valverde no le encuentra sitio en el equipo.

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El expediente Malcom

Cuando menos lo esperaba, Valverde sorprendió el 6 de febrero dándole la titularidad a Malcom en el Barça-Madrid de ida de las semifinales de Copa. Con Dembélé lesionado y con Messi tocado después de sus problemas físicos ante el Valencia, Valverde se la jugó con el brasileño, jugador al que ha demostrado no tener demasiada fe pero que ha tenido varios chispazos por un momento pudieron hacer pensar en él como una especie de talismán.

Malcom, jugador algo caótico, venía de haber fallado una oportunidad cantada de gol en el Sánchez Pizjuán de Sevilla que pareció enterrarlo después de la derrota (2-0). Sin embargo, esa noche jugó con personalidad ante el Madrid. Con sus errores, con sus defectos, aquella noche fue el mejor efectivo de la delantera del Barça y le dio la noche a Marcelo. Un trocito de la clasificación del Barça para la final de Copa se la debe al 1-1 que Malcom marcó cuando peor lo estaba pasando el equipo de Valverde. Tan importante fue ese gol que el Barça se marchó feliz del partido imaginando lo que podía pasar en el Bernabéu el 27 de febrero

Malcom jugó 76 minutos, se fue feliz con hacer su primer gol en un Clásico..., y desde entonces, ya ya ha pasado un mes, no ha jugado ni un minuto. Valverde no termina de encontrarle hueco en el equipo. No jugó ante el Athletic, Valladolid ni Sevilla en el Sánchez Pizjuán y tampoco tuvo minutos en el Bernabéu. Desde su gol salvador, cero minutos. Un dato durísimo para un jugador que apenas suma 529 minutos en competiciones oficiales con el Barça pese a esos dos goles, Inter y Madrid, que han tenido un gran valor para el equipo y un gran sabor para la afición.

Malcom, un futbolista entusiasta y emotivo, capaz de llorar después de marcarle al Inter de puso sentimiento, se bajó casi literalmente de un avión que le llevaba a Roma para fichar por el Barça el pasado mes de julio. Lo visualizó como una oportunidad única. Fue presentado en la sede de Nike en Beaverton (Oregón) y se mostró apasionado en los primeros partidos de pretemporada ante Tottenham, Roma o Milán. La temporada oficial, sin embargo, ha supuesto un duro choque de realidad. Malcom, que incluso fue llamado con Tite en el parón de noviembre y que aunque no debutó ya ha sentido qué significa entrenar para una selección tan gigantesca como Brasil (ahora no ha sido llamado), decidió no marcharse en enero. Cree que debe completar este curso como jugador del Barça como si de un aprendizaje se tratase. Pero tampoco puede esquivar lo que está pasando. Valverde valora muchas de sus condiciones pero tampoco termina de tenerle toda la fe del mundo, entre otras cosas porque por delante ha explotado Dembélé y Suárez, Messi y Coutinho son futbolistas estables y de una categoría superior.

Será interesante saber qué decisión toma Malcom a final de temporada. Si esperar una oferta para salir traspasado o pedirle al club una cesión de un año para regresar mucho más hecho. Valverde ha sido sincero a nivel interno con él y admitiendo que seguirá la próxima temporada, tal vez nadie mejor que él para explicarle cuál es su plan. De momento, lo que Malcom quiere es borrar de su casillero el cero de minutos que tiene desde que le marcó al Madrid en el Clásico. Más que una rampa de lanzamiento, ha parecido enterrarlo en el olvido...