Luso, de chilena, devuelve la alegría al Rayo Majadahonda

El Cerro del Espino ya sabe lo que es ganar tras su reestreno en Segunda. Luso, con un golazo de chilena, dio la victoria por la mínima a un Rayo Majadahonda que volvió a brillar como nos tenía acostumbrados en sus primeros pasos en la Liga 1,2,3. Con su juego de toque dominó el duelo ante un Nàstic que peleó en el segundo tiempo con uno menos y que se hunde en la cola de la clasificación. Los de Antonio Iriondo toman oxígeno y vuelven a reencontrarse con el triunfo tras nueve jornadas sin ganar.

El Rayo Majadahonda entró en el partido consciente de la importancia del encuentro que afrontaba. Así lo demostró en los primeros minutos, con dominio absoluto no solo del juego, sino también de las ocasiones. Benito tuvo varias en sus botas, con internadas por ambos costados. Había hambre de victoria en el Cerro del Espino. La poca afición majariega que a pesar del frío asistió al encuentro empujaba como si de una final se tratara. Y, de ocasión en ocasión, con el público enchufado, llegó el gol. Y, que golazo. Luso (15'), de chilena desde la frontal, se puso el traje de goleador para firmar la primera diana del encuentro, tras una falta que rechazó la barrera grana. Minutos más tarde, Manu del Moral la estampó contra el palo en una falta escorada.

El Nàstic se quedó con uno menos

El Nàstic quiso responder, pero el juego le sonreía más a los de Iriondo, a pesar de las condiciones del terreno de juego, con un césped en mal estado. Luis Suárez quiso emular a Luso con otro remate de chilena en la frontal de área, pero el balón llegó blandito, sin peligro, a las manos de Basilio. Volvieron a acariciar el gol los de Enrique Martín antes de marcharse al descanso. El capitán Abraham (44') pudo empatar, dejando sin aliento a los suyos con un disparo envenenado que despejó con la punta de los dedos Basilio.

El susto continuó en el comienzo de la segunda parte, pero esta vez en el área grana. Aitor Ruibal lo intentó, con muy buena intención, pero sin suerte, en un chut que se marchó rozando el larguero. Lo que no siguió fue el ritmo. Le costó volver a calentarse a ambos equipos, con un Majadahonda que quería dormirla en el centro del campo y un Nàstic que empezó a ejercer una presión alta. Quedaba tiempo aún para contras. Así, llegó una de las más claras del partido. Manu del Moral le cogió las espaldas a la defensa grana con una galopada que culminó con un balón que se marchó por el lateral de la portería.

El Rayo volvía a increpar con asiduidad el área del Nàstic ante la desesperación de los de Enrique Martín, que se quedaron con uno menos después de que Fali (74') viera la segunda amarilla por una dura entrada sobre Óscar Valentín. Quedaba un final de encuentro muy interrumpido por las faltas. El reloj corría a favor de los locales, que con el pitido final vuelven a cogen oxígeno sobre el descenso y sueñan de nuevo con una permanencia histórica.