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REAL MADRID

A Florentino no le gusta fichar en el mercado de invierno

El presidente del Madrid sólo ha pagado seis veces (33,8 millones) para incorporaciones en la ventana invernal. Lucas Silva, en 2015, el último refuerzo.

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A Florentino no le gusta fichar en el mercado de invierno

Aunque en los últimos haya perdido poderío, Florentino es presidente de veranos. Sus inviernos han sido, salvo excepciones de corto recorrido posterior, tranquilos: entre sus dos etapas al mando del Real Madrid suma seis contrataciones (33,8 millones) de incorporación en enero. Sobre el de 2019 planeaba Hazard, que volvió a declararse al Madrid ("no quiero mentir, es mi sueño") en una especie de ofrecimiento que se suma a los nueve de la última temporada, pero luego se autodescartó, al menos, hasta junio. La opción está ahí, si bien todo movimiento queda supeditado al rumbo del equipo en el próximo trimestre.  

Primer mandato: Gravesen, Cicinho y Cassano

La primera incursión de Florentino en una ventana invernal tardó en llegar. Fue en 2005, con Gravesen (unos 3,5 millones) como elegido. La robustez del danés nunca casó con la tradicional finura del fútbol blanco, lo que no impidió que fuese recordado por su peculiar carácter. Muy comentadas fueron su Gravesinha y su pelea con Robinho en un entrenamiento. Tras su salida del Bernabéu, en 2006, enlazó un par de equipos hasta convertirse en (más) millonario haciendo dinero en los casinos de Las Vegas.

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Felipe Sevillano

11 meses después, en diciembre de 2005, Florentino sacó la chequera por Cicinho (5,8 millones), lateral derecho muy prometedor que no terminó de romper, y en enero de 2006 por Cassano (5,5 millones), un talento descomunal que nadie acertó a encauzar. Pérez dimitió en febrero, muy poco después del aterrizaje de ambos, que se fueron en 2007 con mucha más pena que gloria.

Segundo mandato: Lucas Silva, el último en 2015

Tan poco debió de convencerle a Florentino lo de fichar fuera del verano que mantuvo esa misma línea cuando regresó a la presidencia para corregir al Madrid y a su yo anterior. Lleva tres inviernos, el de 2016, el forzado de 2017 por la sanción FIFA y el de 2018, sin fichar refuerzos para enero. Especialmente significativo fue que no se lanzase en este último, en el que andaba descolgado del liderato en LaLiga y quedó eliminado por el Leganés en cuartos de Copa. Con Kepa, por Zidane, se dio al palo...

Hay que remontarse para la última firma al de 2015, cuando incorporó a Lucas Silva, que después del pago de 14 millones al Cruzeiro jugó nueve encuentros y se marchó cedido al Marsella. Un problema cardíaco truncó la carrera en Europa del centrocampista. También se aseguró Florentino cuando el brasileño a Odegaard, un proyecto de estrella mundial aún por confirmar, que recaló en el Castilla y no debutó hasta mayo, disputando algo más de diez minutos ante el Getafe. Parecido a este último caso fue el de Asensio, contratado en diciembre de 2014 e incorporado en 2016.

En 2013, Diego López (3,5 millones) dejó el Sevilla y reforzó la portería del Madrid, en jaque por la lesión de Casillas tras una fortuita patada de Arbeloa. Su rendimiento, siempre salpicado por el culebrón Mourinho-Casillas, estuvo a la altura, lo que no evitó su salida temporada y media después. Similar al método que rodeó a Odegaard y Asensio fue el empleado con Casemiro: apareció en febrero de 2013 y, por su actuación en el Castilla y estrenarse en abril con los mayores, el club ejerció la opción de compra por él.

El primero tras el retorno de Florentino fue el carismático Emmanuel Adebayor (alrededor de 2 millones), en 2011. Cedido por el City con una posibilidad de compra de 14 millones, 'Manolito' se ganó al Bernabéu e hizo ocho goles, pero no le bastó para renovar su sueño. Su fichaje fue petición de Mourinho, en quien el presidente, poco amigo de invertir en invierno, confió en esta materia. "No me gusta el mercado de invierno, pero por diferentes circunstancias a veces tienes que aprovecharlo", justificó el portugués.