SUPERCOPA EUROPA | REAL MADRID 2-ATLÉTICO 4
Simeone y Burgos lucieron y explotaron su fondo de armario
Tres asistencias de sus cambios. El técnico tiró de sus recursos en el banquillo y decidió el choque. Una plantilla corta de efectivos pero amplia en cuanto a calidad.
"Algunos pensarían cuando salió Thomas: 'Este qué hace'. Pero nos dio fuerza". El Cholo subrayó orgulloso cómo, a través de Burgos, había tomado una decisión —fueron varias durante el choque— que ayudó a inclinar la balanza a su favor. Con Thomas el Atlético obtuvo el vigor necesario para afrontar una prórroga en la que los colchoneros se impusieron sin paliativos.
Simeone no tuvo miramientos y, casi sobre el tiempo, retiró a un Lemar decreciente físicamente pero con mucho peso en el juego. Minutos antes su primera sustitución ya le había dado dividendos. Correa salió por Griezmann antes de la hora y fue a más. Ya había amenazado antes de que Juanfran le encontrara en el área y el argentino le sirviera en bandeja a Costa el empate.
Siete minutos antes de esa igualada, el cuerpo técnico colchonero ya había sacado del campo a un Rodrigo correcto para introducir a un Vitolo que dio continuidad entre líneas. Lemar acaparaba el balón pero echaba en falta a un socio. El canario también fue decisivo. Enlazó buenos minutos y asistió a Koke en el definitivo 2-4. La noche de Tallin puede ser psicológicamente importante para el ex de Las Palmas y Sevilla. Llegaba con ganas a la pretemporada y con parte de su competencia fuera por el Mundial. Esa ventaja la había perdido por unos problemas en el tobillo, pero ya contra el Inter cuajó buenos minutos y el Cholo tiró de él con acierto frente al Madrid.
Thomas no formó parte del once, pero estuvo listo para esa recta final cuando dos equipos aún cortos de preparación encaraban una prórroga con incertidumbre. Simeone observó el declive físico de Lemar e introdujo a un Thomas que —como bien señaló su técnico— en su selección adelanta posiciones para explotar su ímpetu y su llegada al área rival. Le birló una pelota en el balcón del área a la defensa blanca, combinó con Costa y asistió a Saúl.
Los rigores del control financiero y los ajustes de la masa salarial no permiten al Atlético en este momento más que una plantilla de 20 hombres, pero a juzgar por los nombres la nómina es corta en efectivos, pero amplia en calidad. Tres de los cambios de Simeone asistieron y el cuarto fue ni más ni menos que Giménez. El uruguayo ayudó a frenar los últimos vestigios de esperanza blanca. Y todavía había más en el banquillo. Hombres como Filipe, Gelson, Arias o Kalinic. Simeone y Burgos explotaron y manejaron de forma maestra su fondo de armario en Tallin.
