El recibo de los incidentes de la final asciende a 300.000 euros
La cuenta la ha hecho una radio francesa, Scoop, al contar las sillas arrancadas, las luces rotas. El recibo deberá pagarlo el Marsella.
105 asientos arrancados. Infinidad de neones rotos. Una cámara de vigilancia también. Jaboneras estalladas en los baños. Váteres atascados con papel higiénico... La final de la Europa League dejó en el Parc OL al Atlético campeón y también otra cuenta. Ésta. La de los desperfectos. Un medio francés, Radio Scoop, ha hecho la cuenta. El recibe rondaría los 300.000 euros. La cuenta, del Marsella.
Sus aficionados, además de las numerosas bengalas con las que accedieron al campo y encendieron durante el partido, todo su fondo rojo, todo el aire de niebla, habían avisado a Jean Michel Aulas, presidente del Lyon, rival de siempre, con un cántico en la semifinal ante el Sttutgart: “¡Aulas, on va tout casser chez toi!”. Traducido: “¡Aulas, te vamos a destrozar la casa!”. Y cumplieron, en parte.
Aunque cuando esta polémica se desató desde uno de sus grupos ultra, Los Yankees, se intentó tranquilizar (uno de sus líderes adujo: "Es una minoría cantando, vamos a celebrar"), la realidad es que la final dejó su rastro en desperfectos en el estadio del Lyon. La UEFA será la encargada en primer lugar de pagar esos 300.000 euros. Luego el recibo pasará al Marsella. Entre la afición del Atleti no hubo ningún incidente, ningún rastro, ninguna bengala.
