1x1 del Sevilla: Sólo Navas lo intentó antes del caos total
La apuesta de Montella naufraga en la presión del Barcelona. Ni encontró a Banega ni supo reducir espacios en torno a Iniesta.
El Sevilla cedió el balón desde el primer minuto ante un Barcelona más intenso. Ni logró conectar con Banega ni supo cerrar espacios a Iniesta en un arranque vertiginoso.
David Soria: es una incógnita saber si podría haber salido en la acción del primer tanto. Traslada signos de seguridad, pero no intervino con firmeza en ninguno de los tantos tras haber parado una falta de Messi con acierto.
Jesús Navas: Puso las pinceladas de peligro del Sevilla en ataque desde el flanco diestro, aunque no tuvo fortuna con las internadas de Jordi Alba. Su ímpetu no fue suficiente, aunque entregó dos buenos pases que pudieron colocar las tablas cuando aún reinaba el 0-1.
Mercado: Los espacios lo debilitan y siempre estuvo rodeado de ellos. No visualizó ninguno de los amagos de Iniesta y tampoco contuvo a Luis Suárez. En la acción del primer tanto, su movimiento final entre Coutinho y Suárez no encuentra explicación.
Lenglet: No es deseo de ningún central tener la tarea de defender a Messi. Pasó desapercibido entre tanta asociación infinita dirigida por el ataque azulgrana.
Escudero: Trató de contener a Coutinho, pero su presión alta en la acción del 0-1 fue el arranque de una pesadilla por ese costado. Menos incisivo de lo que acostumbra en ataque.
N'Zonzi: Todo lo que dirigió en la cita liguera se ausentó en la final de Copa. Nunca se asoció con Banega y eso condiciona todo el plan de Montella. Busquets y Rakitic lo eliminaron de la escena del Wanda.
Banega: Las grandes citas exigen más a los líderes, pero Banega nunca actuó como tal en el Wanda. Su pérdida de balón en la acción del cuarto tanto del Barcelona fue un reflejo de su partido: siempre lejos de la intensidad necesaria para ser importante en una final. Se perdió entre la presión azulgrana y su propia indecisión.
Franco Vázquez: Bajo nivel del argentino en esta final. Su poder creativo nunca apareció ante la ausencia de tiempo que le concedió el equipo azulgrana. Y sin pensar, el Mudo se paseó en la nada antes de ser cambiado.
Sarabia: Su nivel físico está lejos del que lucía hace meses y ello condicionó su final. Corrió más tras Jordi Alba que al contrario y eso lo dice todo.
Muriel: Desaparecido. Una isla entre Umtiti y Piqué. Ni fue una referencia ni puede ser el nueve de este Sevilla.
Correa: Tiene tantas armas válidas que resulta más grave todavía que su rendimiento sea un esperpento en toda una final de Copa. Tuvo una opción clara de remate y evidenció que precisamente esa es su gran debilidad. Una de tantas.
Sandro: Montella apostó por él para dar más verticalidad al equipo y quizás más remate, pero la película ya había terminado hace mucho. Lanzó desmarques y protagonizó la mejor ocasión sevillista de la final, pero disparó al cuerpo de Cillessen.
Layún: Pocos minutos para el mexicano, que apenas intervino.
Nolito: Aparición sobre el césped en los últimos cinco minutos para dar más mordiente a un ataque sevillista que ya estaba totalmente apagado.
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