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CAFÉ, COPA Y FÚTBOL

Vicente Soto 'Sordera': “El Madrid tiene el aire de los genios: o petardazo o Puerta Grande”

Vicente Soto le ha sacado lustre del bueno a la dinastía ‘Sordera’ en el medio siglo que lleva sobre las tablas y que ahora celebra con una obra dedicada a las mujeres. Cantaor fino y poderoso, tiene el corazón ‘partío’ por el Real Madrid y el Atleti.

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Vicente Soto 'Sordera': “El Madrid tiene el aire de los genios: o petardazo o Puerta Grande”

Para empezar, ¿cómo es posible que sea usted aficionado del Real Madrid y del Atlético al mismo tiempo?

Pues hombre, yo soy de Jerez de la Frontera pero me he criado en Madrid, una ciudad a la que quiero muchísimo, y no soy un forofo futbolero. Por eso tengo el corazón partío por esos dos equipos, y como son tan buenos, así disfruto de los dos. Además soy amigo desde hace mucho tiempo de jugadores veteranos del Madrid y del Atleti y, en fin, a todos los considero hermanos.

¿Y cuando se enfrentan los dos y, sobre todo, en esas dos finales de la Champions, a quién animó más?

¡Qué quiere que diga! Sinceramente, voy con el que mejor juegue. Quiero que gane el que más se lo merezca.

¿Alguna vez le ha invitado su primo José Mercé al palco del Santiago Bernabéu?

No, porque él sabe que no soy un aficionado muy pasional y me tiran algo más los toros. Él es un madridista de corazón y nunca hemos tenido la oportunidad de ir juntos al fútbol. Pero bueno, nunca es tarde.

¿Y cómo ve al Barça?

Ahí tienen a un futbolista que a mí me disloca. Ese muchachillo bajito llamado Messi es todo un primor. Me parece un jugador con una clase y un sentido impresionante.

¿Cómo vería un equipo de fútbol sólo compuesto por gitanos finos?

Ufff, eso sería muy glorioso, pero un equipo sólo de virtuosos gitanos lo veo muy complicado. Me da a mí que son un poco flojos para las carreras, el deporte y todo eso. Ahora, seguro que tendrían cinco minutos para dejarnos pasmados.

El Real Madrid en la Champions parece cosa seria, ¿le ve otra vez campeón de Europa?

Sí, yo veo al Real Madrid muy concentrado y entregado para repetir el éxito en Europa. El otro día a los parisinos les dejaron temblando y se demostró lo que es el Madrid. Yo creo que este año la van a volver a liar gorda.

Está celebrando sus bodas flamencas de oro, 50 años dando el cante bueno con un disco dedicado a la mujer: ‘Coplas del desagravio’, en un momento que coincide con una gran reivindicación feminista, ¿cómo ve el panorama?

Esta idea la llevo madurando desde hace tiempo, y un buen amigo mío, Rafael Lorente, me enseñó una serie de poemas dedicados a la mujer y me pareció muy bonito. Estoy muy contento por poderle dedicar este aniversario mío a la mujer. Creo que la mujer no ha tenido en toda la historia el sitio que merece y ya es hora de que se le reconozca su lugar en el mundo.

Hay tres mujeres que, sobre todo, protagonizan esta obra.

Son tres mujeres de tres generaciones, Tomasa Guerrero La Macanita, una cantaora que quita el sentío; Melchora Ortega, que ha hecho una malagueña preciosa y, por último, mi hija, Lela Soto Sordera, la cantaora que va a dar continuidad a nuestra dinastía.

En la cultura gitana, tan patriarcal, ¿cree que la mujer debería gozar de unas mejores condiciones de las que ha tenido hasta ahora?

La historia está cambiando y las nuevas generaciones de mujeres gitanas están mejor preparadas, son más independientes, van a la universidad y están en mejor lugar. Es verdad que en el mundo gitano, por la tradición secular, la mujer siempre ha sido bastante sumisa al hombre pero, afortunadamente, eso ya está cambiando.

¿Se considera un flamenco gitano y feminista?

Hombre, no sé, yo soy defensor absoluto de la mujer y mi mujer recita unos versos en el disco en los que se cuenta que sin el vientre de una mujer ninguno de nosotros existiría.

Hablando de mujeres y de flamencas, ¿quién es la cantaora que más le ha enriquecido el alma?

Ha habido muchas muy grandes. Pastora Pavón o La Niña de los Peines han sido unas de las cantaoras que más hicieron por el flamenco en su época. También estaban Las Pompis, Luisa y la Sordita, que eran familia mía por parte de mi madre. Luego estaba La Paquera de Jerez, una artista con un sello personalísimo, era el sol de Andalucía, y La Perla de Cádiz, otra grande del cante. Por no seguir.

¿Y los cantaores no tenían celos de esas extraordinarias mujeres cantaoras?

Yo cuando he escuchado a una mujer cantar bien siempre le he dado su sitio, lo que ocurre es que pocas veces ha podido estar la mujer en el mismo sitio del hombre. No solía estar bien visto que las artistas se desenvolvieran por la noche en determinados lugares. En tiempos no tan remotos se veía mal hasta que una mujer entrara sola en un bar.

¿Para ser buen cantaor flamenco es necesario haber nacido en Jerez?

Jerez tiene un aire especial, la manera de expresarse, de pronunciar, de moverse en la calle. Creo que el cante jondo se cuece ahí, luego hay grandes excepciones. Creo que si el cante tiene cuatro pilares en la historia, a Jerez hay que darle, al menos, dos.

¿Y a Madrid cuántos le corresponden, teniendo en cuenta que la mayoría de las grandes glorias del flamenco crecieron y se hicieron grandes en la capital?

Madrid ha sido la patria de todos los artistas flamencos porque todos llegaron a esta ciudad siendo unos críos desde sus lugares de origen y todos fueron acogidos con mucho cariño. Madrid les abrió las puertas y aquí confluyeron todos los estilos flamencos, el de Jerez, Córdoba, Sevilla, Extremadura…

Uno de ellos fue Manolo Caracol, ya no quedan personajes de ese fuste.

Manolo Caracol ha sido el hombre más importante que he visto en mi vida porque a mí me ha transmitido lo que nadie ha sido capaz. Yo le conocí cuando tenía 10 años. Caracol, el tío Manuel, vivía cerca del Palacio de los Deportes y mi padre, Manuel Soto, me llevaba a verle y se entretenía mucho conmigo. He tenido la fortuna de verle en un cuadro flamenco en 1966 junto a La Paquera, La Perla, María Vargas, Terremoto, mi padre El Sordera, Bambino, yo qué sé… Caracol los dirigía a todos ¡y cómo se estremecía cuando escuchaba cantar a La Paquera!

¿Se echa de menos ese ambiente noctívago, de tablaos flamencos y bohemios?

Ya queda poco, El Corral de la Morería, El Café de Chinitas…pero aquel aire se desvaneció para siempre. En aquellos años todas las grandes figuras estaban en los tablaos y ahora eso es impensable. Y, claro, las nuevas generaciones no han mamado las vivencias nuestras, no han tenido la fortuna de escucharles cerca, de compartir un pollo con tomate oyéndoles cantar en la Venta del Palomar o la de Manzanilla.

Se dice que Gardel cada vez canta mejor, ¿y el flamenco cómo le suena ahora?

La gente está más documentada ahora, pero hay menos personalidad y casi ningún personaje. Ahora todo el mundo viste igual y en aquella época había sastres que te cosían a medida. Esto pasa en el cante, hay una rama camaronera y todos la siguen. ¡Si el gran Camarón levantara la cabeza! Los nuevos tendrían que saber que hay muchas escuelas, muchos estilos, y eso es lo que más echo en falta.

Ahora brillan figuras como Miguel Poveda, ¿qué le parece?

Es un chaval que ha estudiado mucho pero se ha empapado poco de esas vivencias puras y del aire de embrujo del flamenco puro. Le suena todo demasiado formal, merece mis respetos, pero no me hace temblar.

¿Hace falta un buen trago de whisky o Machaquito y el humo de un cigarro para cantar mejor?

(Ríe) Como decía mi padre: “Hijo, yo con agua no puedo cantar, me cuesta mucho trabajo”. Es verdad que un buen profesional puede cantar con una infusión de manzanilla, yo mismo lo he hecho, pero, vamos, cuando voy a trabajar me tomo una copita y se pone uno de otra manera.

¿Hasta dónde habría llegado Camarón?

Camarón murió con 40 años y ya era un mito en vida. No sé adónde hubiera llegado si siguiera vivo. A lo mejor su destino estaba marcado, pero su pérdida ha sido fatal para el flamenco porque Camarón fue capaz de abrir esta música a otros mundos ajenos a ella. Rockeros, hippies, funkeros y mucha crema de la intelectualidad…, todos se engancharon con Camarón.

Como a Camarón, a usted también le tiran los toros. Flamenco y toros, ¿siente mucho que estén tan de capa caída?

Yo pienso que ni el flamenco ni los toros van a desaparecer nunca porque es una cultura nuestra insuperable. No hay que despistarse porque no son buenos tiempos, pero algo tan extraordinario no puede morir.

El fútbol seguro que aguanta, ¿qué personajes del fútbol le atraen más?

No sé, los árbitros me llaman mucho la atención, ¡qué vidas! Me contaba mi padre que en los 50 había un gitano en Jerez que era árbitro, hermano de Picoco, y un día fue a verle su padre. Pero, mira por dónde, ese día al gitano le tocó ser linier, y cuando su padre le veía correr por la banda agitando el banderín como un loco le dijo: “¡Manué, baja la bandera que vas a echar toas las moscas del campo!”.

¿Qué música les pondría a unos futbolistas para que saltaran al campo enchufados?

A la Paquera de Jerez, sin duda. Iban a salir los futbolistas volando con brío sobre la hierba. Hasta a Benzema le pondría a tono.

¿Cree que el Real Madrid está jugando al despiste, muy irregular en laLiga y sobresaliente en Champions?

Eso es muy típico de los genios, y el Madrid es genial. Lo mismo pega un día un petardo y otro sale por la Puerta Grande. Igual que le pasaba a Rafael de Paula o Curro Romero. Por no hablar de Caracol, que pegaba los petardazos más grandes. Eso es muy importante que ocurra, lo que no se puede es jugar, cantar y tocar siempre igual, como las máquinas. Y el Madrid va y viene, y vaya donde vaya siempre se le espera porque maneras tiene.

Un gitano que canta a la mujer

Vicente Soto ‘Sordera’ (Jerez de la Frontera, 1954). Cantaor flamenco de la dinastía de los ‘Sordera’. Se crió en Madrid y ha sido acompañado de los más grandes genios de la guitarra. Acaba de publicar el disco ‘Coplas del desagravio. A la mujer’.