El fútbol es maravilloso porque no deja de regalar historias impensables. En la matinal del sábado podremos degustar una de ellas (sigue el partido en directo en As.com). Hace sólo una década, mientras el Villarreal tocaba techo con aquella semifinal de Champions ante el Arsenal en la que estaban tres miembros de la actual plantilla (Barbosa, Bruno y el ayudante Quique Álvarez), el Girona seguía peleando por los campos de Tercera, Pablo Machín comenzaba a formarse en el Numancia B y Portu, con 14 años, llamaba la atención de los ojeadores del Valencia. Hoy, el panorama podría dar la vuelta de tal manera que el equipo revelación no sólo lucha por desbancar de los puestos europeos a un rival hace nada inalcanzable. Además se lo marca como objetivo.
Lo intentará de la mano de un técnico codiciado por equipos de tronío y liderado por un delantero al que vigila Lopetegui. Esta visita no agradará nada a un Villarreal de capa caída. La derrota en Eibar ha vuelto a hacer dudar al personal. El equipo de Calleja no es inferior a nadie, pero ha perdido la gracia. Atrás encaja el doble que antaño y su centro del campo acusa tanto vaivén en las alineaciones. Pero lo más problemático está arriba.
La falta de acierto es alarmante. Bacca lleva ocho goles en toda la temporada, Ünal y Sansone tres y Roger Martínez ninguno. El pichichi (Bakambu) ya habla chino. Ya quisiera este Submarino la pegada del Girona. Stuani y Portu forman la tercera mejor pareja tras Messi-Suárez y Aspas-Maxi. Por este motivo no es de extrañar que el Villarreal vuelva a mover la coctelera en busca de un 11 sanador, mientras que Machín dará continuidad al que tumbó al Celta. La misión de uno es resucitar y la del otro lograr la primera victoria fuera en 2018.
