Santi Mina: 12 goles, cuatro asistencias... y tres palos

Usted fue entrenador de Santi Mina en el Juvenil División de Honor del Celta. De hecho, fue el que apostó por él como delantero. El primer año jugó en banda izquierda, pero creímos que esa posición le tapaba potencial. Lo remataba todo y tenía don de delantero. Le pusimos contra el Racing de Santander. Hizo dos goles antes del descanso. A la siguiente semana, lógicamente, repetimos. Hizo otros dos. Acabó con 29 en 15 partidos. Este año suma 12 goles y sin tener el rol de titular o, al menos, de indiscutible. No me sorprende su registro de goles. Hasta este año estaba en modo adaptación. Desde pequeño siempre necesitó su tiempo tras cada cambio. De categoría Juvenil al Celta B lo pasó muy mal. Además, desde fuera, se ve que han sido años difíciles en Valencia. Con Marcelino ha vuelto la tranquilidad y cuando Santi empieza a marcar goles es un no parar. Juegue lo que juegue, marca. Ese es Mina. De hecho es el futbolista que más goles ha marcado este año tras ser suplente. Es un don con el que nació. Tiene el gol en la cabeza. Le da igual jugar 5’ que 90’. Es supercompetitivo. Su actitud no cambia juegue más o menos. Aunque solo sea por pesado, consiguerá sus objetivos. ¿Qué virtud destacaría de él? Santi es un jugador que sorprende. Porque no es rápido y sin embargo en carrera es difícil de parar; no es potente pero remata un córner ante cualquier defensa; no es el más técnico y sin embargo te hace un regate en un palmo... Santi sabe sus limitaciones y a su vez en un inconformista. ¿Con qué anécdota le definiría? Una que define su compañerismo. En el Celta nos planteamos que fuera a la Sub’19. Sus números le daban una buena oportunidad. En el club sabíamos que tenía que conseguir más goles. Aún así, en Santander, contra el Perines, le dejó dos penaltis a un compañero que llevaba tiempo sin marcar. Al mes le llamó por primera vez la Selección.