Eloy le dio la oportunidad a Marcelino y Muñiz en el Sporting
El que fuera director de la cantera de Mareo y secretario técnico le dio el Sporting B al valencianista y un juvenil al preparador granota.
Si hay alguien que conoce bien a los protagonistas de los dos banquillos del derbi de mañana ese es Eloy Olaya. Jugó con Marcelino en su Primera etapa en el Sporting y con Muñiz cuando regresó de Valencia. Por eso, cuando fue reclutado para formar una estructura de club en el Sporting tiró de ellos. Fue a finales del siglo XX. El primero en que pensó fue en Marcelino, que se lo llevó en su equipo para ayudar en los despachos. Pero pronto dio el salto a los banquillos. A mitad del curso 2000-01, Cantatore fue cesado en el Sporting, Pepe Acebal, técnico del filial se hizo cargo del primer equipo... Y Eloy le dio la alternativa poniéndole al frente de un Sporting B que por entonces contaba con un imberbe David Villa. “Quise que fuera él porque lo tenía al lado y sabía de su personalidad y su exigencia”, comenta Eloy.
Por entonces, Juan Ramón López Muñiz, daba sus últimos pasos como futbolista en el Numancia, aunque ya se veía que iba para preparador: “Con Muñiz coincidí cuando ya tenía cierta edad pero ya se veía que valía para los banquillos. Tenía personalidad, carácter y un gran sentido del juego”, explica.
Marcelino dirigió al filial sportinguista una temporada y media y Eloy, ya como secretario técnico, le dio la oportunidad en el primer equipo rojiblanco, en el curso 2002-03. Y en la estructura de técnicos que formó apostó por Muñiz, dándole uno de los juveniles del Sporting, sólo dos años después de retirarse del fútbol. 14 años después se verán las caras mañana, en un derbi valenciano. ¡Quién se lo iba a decir a estos dos sportinguistas de pro!
"Siguen la misma línea pero son distintos"
A la hora de comparar a Marcelino y a Muñiz, Eloy asegura que “como entrenadores tienen características parecidas: exigencia al jugador, esfuerzo, estabilidad en el juego... Quizás eso lo mamaron en Mareo y por eso es lo que aplican como base”. “Eso sí, también son diferentes a la hora de dirigir: Muñiz es muy tranquilo y sosegado, da la sensación de tenerlo todo controlado, como jugador era igual”, añade. “Y a Marcelino ya lo conocemos: es más activo en los banquillos, mueve más los brazos...”.
