El derbi asturiano regresa con toda su gran intensidad
Sporting y Oviedo se reencuentran después de 14 años (18:00, M Partidazo). El Molinón se volverá a llenar para vivir la fiesta del fútbol asturiano.
Ya está aquí de nuevo. La máxima rivalidad en el fútbol asturiano vuelve hoy en su máxima expresión, con toda la intensidad, y sin haber perdido un ápice de su interés. Sporting y Oviedo se reencuentran hoy en un encuentro oficial después de 14 años mirándose en la distancia (sigue el partido en directo en AS.com).
El Molinón será el escenario del reencuentro entre dos históricos del fútbol español que miran al futuro con toda la ilusión. El objetivo de ambos es estar el año próximo en Primera, pero en juego está la liga particular a la que miran de manera especial sus seguidores.
Ha pasado tanto tiempo que será un derbi atípico para los protagonistas. De mano, el entrenador del Sporting, Paco Herrera, es el único que puede decir que vivió como futbolista este encuentro de la máxima rivalidad en el Principado (jugó dos; ganó uno y empató el otro). Y, en segundo lugar, habrá muy pocos asturianos en las alineaciones. Dos en el lado rojiblanco, Canella y Sergio, con la posibilidad de otros dos en el banquillo, Pablo Pérez y Carlos Castro; en el lado oviedista, solo uno, Saúl Berjón, el único en la plantilla.
También lo será desde el punto de vista de las aficiones. Con tantos años sin derbis, muchos jóvenes lo vivirán por primera vez, en estos tiempos marcados por las redes sociales, para lo bueno y para lo malo. El partido de alto riesgo y las medidas de seguridad son máximas.
La afición del Sporting, con casi 24.300 abonados copará las gradas del estadio El Molinón con los colores rojiblancos. La representación oviedista en las gradas será de unos 4.000 seguidores. El deseo de la inmensa mayoría es que la deportividad contribuya a que el espectáculo sea grandioso dentro y fuera del campo.
El Molinón se llenó de forma absoluta en una ocasión en los derbis anteriores tras el reencuentro de 1988. Fue en noviembre de 1989. Desde entonces, la fiesta del fútbol asturiano fue a menos, pero vuelve hoy con toda su fuerza.
Ensayo de puertas abiertas en Oviedo y a puerta cerrada en Gijón
El último entrenamiento de ambos equipos previo al encuentro estuvo marcado por la pasión y el entusiasmo en un lado y por la tranquilidad en el otro. Paco Herrera dirigió una sesión muy tranquila en El Molinón, porque se desarrolló a puerta cerrada; mientras que Juan Antonio Anquela abrió las puertas del Carlos Tartiere a los aficionados y allí se presentaron 2.500 seguidores azules a mostrar todo su apoyo al equipo ante la cita con el eterno rival. La diferencia para ambos entrenadores estuvo en las gradas y en el trabajo de campo, porque mientras el Sporting tiene a todos sus jugadores a disposición del entrenador, en el Oviedo se han acumulado las bajas en el inicio del campeonato liguero.
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