Guruceta pita un penalti fuera del área (1970)

Estamos en los cuartos de final de la Copa, que enfrenta al Madrid y al Barça. La ida es en el Bernabéu y gana el Madrid por 2-0, goles de Grosso y Amancio, el segundo muy protestado por los barcelonistas, que reclaman fuera de juego. La vuelta en el Camp Nou es tal día como hoy. El Madrid hace una muy buena primera parte, pero no culmina el gol. Al filo del descanso, a la salida de un córner y tras dos rebotes, tirazo cruzado de Rexach, que pega en un poste, recorre la línea hasta el otro y entra. Uno a cero al descanso.

En la reanudación el Barça ataca, en pos del gol que le iguale. En el minuto 15, rápido contraataque con lanzamiento de Amancio a Velázquez (solía ser al revés), que corre con ventaja. Pero Rifé, más rápido, llega al cruce y le derriba, aún un metro fuera del área. Por la velocidad de la jugada los dos caen dentro y Guruceta pita penalti. Follón, almohadillas. Cuatro minutos de interrupción, y, por fin, Amancio tira el penalti y lo marca. Más almohadillas. Mientras se retiran, Eladio se acerca a Guruceta, le insulta y este le expulsa. Muchísimas más almohadillas. El partido sigue a trancas y barrancas, con continuo lanzamiento de almohadillas y largos parones para despejar el campo. Velázquez marca un gol que Guruceta no se atreve a conceder y lo anula por fuera de juego. Faltan cuatro minutos para el final cuando hay invasión de campo y Guruceta da por terminado el partido. Miguel Muñoz, entrenador del Madrid, es alcanzado por un botellazo. El autobús del Real Madrid tarda cuatro horas en salir del estadio.

El día 9 se reúne el Comité de Competición, tras una encendidísima polémica, en la que destaca un comunicado de Montal, presidente del Barça, en el que expone una larga lista de agravios, reales o supuestos. Se especula con cuántos partidos de cierre sufrirá el Camp Nou. Pero no hay tal: se decide suspender a Guruceta por seis meses. A Eladio le caen dos partidos, al Barça, 90 000 pesetas de multa, y a Montal se le abre un expediente que acabará en nada. José Plaza, presidente del Colegio de Árbitros, dimite en solidaridad con el colegiado y declara que el fallo es un atropello. Los desagravios al Barça no paran ahí, sino que poco más tarde el gerente del club, Juan Gich i Bech de Careda, es elevado a delegado nacional de Educación Física y Deportes, puesto equivalente al actual secretario de Estado para el Deporte. Guruceta es recusado de por vida por el Barça. Incluso años más tarde, cuando se retire la figura de la recusación (consistente en el derecho de los clubes de vetar a determinados árbitros para sus partidos), se tuvo buen cuidado en que nunca más volviera a arbitrarlo. La jugada quedó para siempre en el imaginario azulgrana como el más claro reflejo del favoritismo arbitral al Madrid.

Curioso: el Madrid superó al Athletic de Bilbao en la semifinal y hubo de regresar al Camp Nou a jugar la final contra el Valencia. Allí tuvo al público muy en contra, lo que animó al Valencia a emplearse con dureza. Pirri y Grosso fueron retirados en camilla, pero fueron precisamente sus sustitutos, Planelles y Fleitas, quienes hicieron los goles que dieron la victoria al Madrid, que alzó esa copa, entre gritos e insultos, precisamente en el Camp Nou.