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CÓRDOBA 0 - ATLÉTICO 2

Córdoba-Atlético (0-2): Siesta feliz para Griezmann y Saúl

El Atleti resolvió pronto con goles del francés y del canterano y recupera el tercer puesto a espera del Valencia-Villarreal. El Córdoba, hundido.

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Córdoba-Atlético (0-2): Siesta feliz para Griezmann y Saúl
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La victoria del Atleti en Córdoba no fue una película, ni siquiera un cortometraje. Si acaso, uno de esos trailers de hoy en día en los que en cinco minutos te cuentan todo lo que va a suceder en hora y media, tan obvio que puedes ahorrarte el resto y bajarte a una terraza, que hace bueno. Esos cinco minutos le bastaron a Zuculini para recordar aquella frase de Rounders tan aplicable al póquer como al fútbol: “Si a la media hora de partida no has descubierto quién es el pardillo, el pardillo eres tú”. Le apretó un poco Griezmann en campo cordobés, le birló la pelota y el resto fue algo difícil hecho muy fácil: conducir a toda mecha, encarar al defensa y buscar la esquina con un zurdazo raso desde fuera del área. Superada la crisis de marzo, Griezmann ha vuelto. Tremendo jugador. El madrugador 0-1 no abría el partido, lo cerraba.

Asumió el Córdoba que no está su temporada para heroicidades y se encaminó hacia su décima derrota seguida como destino inevitable: la cabeza alta por dignidad, pero el corazón encogido por la inmensa sombra del descenso. Entre las dos frontales, parecía un equipo con ideas y estilo, pero era rondar el balón las áreas y disolverse como un azucarillo. Manso en la de Oblak y un mono con dos pistolas en la de Juan Carlos. El Atleti, sin romper a sudar, sesteaba feliz.

Las ocasiones visitantes iban goteando porque a Griezmann le excita la primavera. Un centro medido a Godín (cabezazo manso) por aquí, un disparo lejano que acabó en córner por allá. Entre un sobresalto y otro, la placidez daba tiempo para valorar detalles capilares en ese catálogo de peluquería de centro comercial que es el Atleti: Koke se ha teñido con henna y a Simeone le ha crecido el pelo por los lados y genera menos inquietud.

Y mientras comentábamos estas cosas, el Atleti decidió ampliar su catálogo de jugadas de estrategia con los saques de banda de Gámez, un lateral derecho que es el mejor lateral izquierdo de la plantilla. Cosas del Atleti. El malagueño la pone en el punto de penalti sin problemas, así que el Cholo y el Mono parecen haberse planteado como reto lograr un triple-doble como en baloncesto: van diez goles de córner, diez de falta y en Córdoba llegó el primero de banda; les quedan nueve. Sacó Gámez, peinó Giménez y cabeceó a la red Saúl. El canterano, que volvía tras mes y medio de baja, lleva cuatro goles por seis titularidades. Crece por momentos.

En el descanso, sin necesidad de hablarlo ni llamar a un notario, se firmó el armisticio. El Atleti bajó otra marcha más y, aun con sus compañeros en tercera, destacó la apatía de Mandzukic, al que parecía molestar tener que jugar con ese calor o un pájaro que pasaba por allí o la sombra de Torres o vaya a saber usted qué. El caso es que, después de que dejase pasar un balón por el área pequeña sin interpretar que fuera cosa suya intentar rematarlo, Simeone le quitó. El Atleti le necesita, pero no está claro que a él le apetezca presentarse. Tema urgente a resolver.

En el Córdoba, Romero decidió que tal vez fuera una buena idea poner a jugar a dos de sus mejores futbolistas, Ghilas y Fede Cartabia. El argelino tiene físico de formar con los padres en un solteros contra casados, pero sabe jugar. Gámez, providencial, cortó un remate suyo y Bebé reventó la cruceta antes de que, ya al final, Crespo permitiese a Oblak agarrarse un poco más al puesto con una palomita estética y necesaria. Pero el destino del Córdoba llevaba sellado muchos minutos y, seguramente, no sólo en este partido: el descenso acecha inevitable. El Atleti, mientras, durmió tercero y confirma que llega en línea ascendente al tramo decisivo. El campeón despierta.