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VILLARREAL 4 - RAYO 0

Festival amarillo que desnuda al Rayo y amenaza a la Real

El Villarreal se queda a dos puntos de la Real Sociedad, con el que se juega terminar sexto para evitar una ronda previa de la Europa League.

Actualizado a
Festival amarillo que desnuda al Rayo y amenaza a la Real

Como casi siempre en estos casos, venció quien más lo necesitaba. A ratos con su mejor versión, a ratos sólo con arreones y compromiso, el Villarreal hizo los deberes gracias a los goles de Uche, Bruno, Pereira y Jaume para cumplir el objetivo de meter presión a la Real en la lucha por el sexto puesto (a dos puntos). Un galardón que pese a no tener valor metálico equivale a gozar de 15 días más de vacaciones. La Europa League comienza a primeros de agosto para los últimos clasificados vía Liga y a mediados para los más aplicados. A eso se aferra el Submarino, que visitará Anoeta en siete días en una final por no acortar el verano. Con la ilusión de que el Athletic ayude hoy y que el goalaverage de la primera vuelta (5-1) sirva.

Fue tan sencillo como caro tumbar al Rayo. Si Borja cayó lesionado en el bando de Jémez nada más empezar, Marcelino perdió en 45 minutos a Cani, Bruno y Gio, los pilares de la revelación. Menos mal que el Villarreal había sentenciado antes de agotar los cambios. Por su inteligente salida a la contra y por la insistencia del Rayo de autodestruirse. Por querer tocar y tocar sin profundidad y con riesgo. Y por tener una defensa excesivamente adelantada cuando la presión es nula. Primero marcó Uche tras un gran pase de Gio al hueco y un regalo de Musacchio (¡qué central!) ante la salida de Rubén, el mejor visitante. El segundo lo hizo Bruno justo antes de marcharse con otra apertura a banda de libro y un servicio de Aquino atrás sutil y preciso. El tercero fue para la galería, con otro pase de Musacchio y una definición de Pereira que pudo firmar Romario. El definitivo fue de Jaume Costa por un mal blocaje de Rubén tras una falta envenenada. En total cuatro goles al Rayo que suman nueve con los de la ida.

El Rayo dejó un partido más, aunque sólo en algunos compases, buenas sensaciones en torno al balón. Pero repitió las mismas lagunas a la espalda que le convirtieron en carne de cañón en la primera vuelta. Fueron cuatro goles en contra pero pudieron ser una docena. La conducción de Trashorras y la habilidad de Bueno no bastan sin chispa ni mordiente. Faltó sangre. Hambre. Ritmo. Quizás porque en el camino hasta encontrar la permanencia se abrió demasiado el grifo. Conociendo a Jémez, caer así pasará factura en busca de un colofón digno. Igual por la imagen dada sólo hizo un cambio. Para que algunos apretaran. El gran perjudicado será el Getafe, próximo y exigido rival que pasará por Vallecas. Su papeleta, como la de la Real, no será fácil para terminar.