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FRIBURGO 0 - SEVILLA 2

El liderazgo de Rakitic y un buen Varas hacen líder al Sevilla

Iborra después de un jugadón de Perotti y Rusescu en el descuento abrochan el primer puesto de grupo del Sevilla ante un Friburgo flojísimo.

Actualizado a
El liderazgo de Rakitic y un buen Varas hacen líder al Sevilla

Caía un frío de cuatro bajo cero en el Freiburg Stadion, pero puede asegurarse que el Sevilla del nuevo ciclo tuvo una noche relativamente cálida en Alemania, donde abrochó el liderato del grupo y se instaló en el bombo uno de los campeones para esperar rival. Además Pepe Castro, en su nuevo asiento de presidente, vio una aparición casi divina. Diego Perotti, promesa difuminada entre horas extra de gimnasio, lesiones musculares, tormentas psicológicas y discusiones con su propia afición, reventó el partido con una de esas jugadas que hace cuatro o cinco años le permitió llamar la atención de los mejores, incluso el Madrid. Perotti, que podría salir del club en enero, regaló el 0-1 a Iborra en una acción bella, de extremo puro.

Aunque quien realmente le fue acalarando la noche al Sevilla fue Javi Varas, portero escogido por Emery para la competición europea que estuvo intuitivo y ágil en tres jugadas de estrategia. Varas estuvo sereno y angelical en los balones parados, extraño si se advierte cómo le cuesta a un portero coger palos cuando está inactivo. Habla bien de su profesionalidad.

Además de Varas, hay cosas que empiezan a salir mejor en el Sevilla, que sale intacto de la primera fase (ninguna derrota) y se ha ido elevando con el paso de los meses. Los sistemas de Emery ya no son jeroglíficos. Se advierten automatismos y hay más seguridad, término clave para ganar partidos. El Sevilla ha encajado dos goles en los cinco últimos partidos, una quimera a principio de curso.

Encarrilado el asunto en la primera parte, asomó Rakitic tras el descanso como hacen los jugadores que se elevan sobre los partidos. Observó la calamidad táctica del Friburgo, antepenúltimo de la Bundesliga que se rompió por el medio, y lideró la escapada del Sevilla, que desperdició, una detrás de otra, opciones de gol. Jairo se estrelló en el palo y Perotti en Baumann en dos acciones brillantes del croata, fresco, clarividente y fino con el toque.

Resolvió Rusescu, jugador residual que sólo juega a ratitos en Europa pero que lo hace con entusiasmo. Mereció el gol que remató el partido y vuelve a hacer líder europeo al Sevilla. Eso que fue una normalidad durante algunos años pero que se fue perdiendo entre fiasco (Braga) y fiasco (Hannover). Para su prestigio, y para el primer día de una nueva época, es una feliz noticia.