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REAL MADRID

Cristiano Ronaldo vuelve a ser el rey del Santiago Bernabéu

Jugó uno de sus mejores partidos de blanco: hizo un golazo, asistió a Özil, remató dos veces a los palos y demostró esfuerzo, compromiso y solidaridad.

Actualizado a
Cristiano Ronaldo celebra con rabia el 1-0.
PEPE ANDRESDIARIO AS

La del derbi fue una gran noche para Cristiano Ronaldo. Algo atascado en su producción goleadora en los últimos tiempos, y desacertado en las faltas desde hacía meses, el portugués se quitó de encima la maldición y, de paso, se apuntó unos cuantos registros. CR7 no marcaba de falta directa en la Liga desde hacía 8 meses (11.04.2012 contra el Atlético de Madrid). Volvió a batir a Courtois, curiosamente el único portero que ha recibido goles de faltas directas de los dos cracks del fútbol mundial: Messi y Cristiano Ronaldo.

Aunque sus estadísticas no eran buenas, sus números en términos absolutos desmienten a quienes le cuestionan como lanzador. Los jugadores con más goles de falta directa en las últimas 6 ediciones de La Liga son Cristiano Ronado (10) Arango y Messi (6) y Beñat, Cazorla y Xavi con cinco goles.

En los últimos tiempos, la hegemonía de Cristiano Ronaldo como lanzador de faltas en el Madrid estaba en cuestión. Özil había marcado de falta directa ante el Borussia Dortmund e incluso Ramos había marcado con la Selección. Ya había voces que pedían que Cristiano no fuera única opción para lanzar faltas directas e incluso una encuesta de as.com puso al alemán como lanzador preferido de la afición. El derbi le devuelve el reinado a Cristiano. “A lo mejor hay que gente a la que le sorprende. A nosotros, desde luego, no. Se lo vemos hacer a Cris en los entrenamientos. Y él también nos ve marcar alguno a nosotros”, bromeó Sergio Ramos después del partido.

Pero Cristiano, además, fue mucho más que su gol de falta. Fue su asistencia a Özil en el segundo gol. Sus dos disparos al palo (un larguero en una falta directa y el otro en un contragolpe donde remató otro gran pase de Özil), su esfuerzo defensivo, su solidaridad y su compromiso con los compañeros. Nunca había dejado de serlo pero en la noche del sábado, más que nunca, fue el rey del Bernabéu.