El Espanyol vuela y hunde un poco más al Racing

El Espanyol es un equipo elegante, alegre, atrevido y con calidad. No es raro verle en Europa League, ni con opciones a la Champions. Ataca normalmente con seis o siete futbolistas, con los laterales doblando a los extremos, mueve el balón con velocidad y facilidad y, además, cuenta con la aportación de futbolistas como Verdú y Coutinho, que sólo facilita las cosas. Los dos hicieron dos golazos para sentenciar al Racing y hundirle un poco más en la miseria de la lucha por el descenso. De nada sirvió el cruel tanto inicial de Stuani, un héroe en Santander por su eficacia goleadora. Cruel, porque en está situación, la esperanza (normalmente disfrazada de Toño) es el sustento del equipo y el Espanyol, con una primera parte intensa, desarboló al Racing de Álvaro Cervera, y echó por tierra con sorprendente facilidad el esfuerzo inicial. Después, el conjunto blanquiazul se permitió el lujo de relajarse, única pata que cojea de la artesanal mesa que ha construido Pochettino.

Mención aparte merece el técnico argentino. El equipo sufre cada año las bajas de jugadores importantes y, al igual que mucho equipos de Primera, la situación económica no permite grandes esfuerzos. Pero, aún así, Pochettino ha construido un gran grupo a base de jóvenes, la mayoría apuestas de la cantera. Como Didac, extraordinario lateral, titular de la Sub-21, llamado a ser el ocupante del huérfano carril zurdo de la absoluta. O Cristian Gómez, un mediocentro que mueve con sorprendente facilidad al equipo. Además, tiene a los mencionados Verdú y Coutinho, dos joyas que llevan al equipo en volandas. El primero, el capitán, sólo mete golazos, como el que sufrió Toño. Un sutil toque que se coló por la escuadra y empató el partido. El segundo es un refuerzo extraordinario, incomprensible que no tenga sitio en el Inter. Con una tremenda volea, el brasileño le dio la vuelta al marcador y, prácticamente, sentenció el partido. A partir de ahí es donde falla el Espanyol, porque el equipo sólo tiene un error, un pequeño detalle que le ha quitado más puntos de los que merece haber perdido por como juega: se relaja en exceso.

El primer gol llegó así, tras un fallo de Javi López por no cuidar su espalda para subir a atacar. El lateral dejó sólo a Adrián, que centró y Stuani remató para batir a Casilla. Después, con el partido sentenciado, 2-1 pero con uno más tras la expulsión de Marcos Gullón, el Racing tuvo la oportunidad de empatar. No fueron ocasiones claras, pero fueron ocasiones, como el tiro de Adrián, pilar racinguista, o el inocente disparo de Kennedy, baja muy sensible durante buena parte de la temporada, que se marchó rozando el palo. Con la misma facilidad que se fallaron, podrían haber entrado. Tuvo cierta suerte el Espanyol, que al final, con el gol de Héctor Moreno a la salida de un córner, quitó drama al asunto y sólo hurgó un poco más por una de las heridas que desangran al Racing.

Por su parte, el Racing se desmorona, sin control y sin aparente remedio. El conjunto cántabro, inmerso en una brutal crisis institucional y una preocupante ley concursal, tampoco levanta cabeza a nivel deportivo. Tres entrenadores (cinco si se cuenta el 'triunvirato') han pasado por el banquillo del Racing y ninguno ha conseguido enderezar la situación. No es el equipo que más pierde, pero si es el conjunto que menos gana (cuatro victorias, empatado con el colista Zaragoza). Los 12 empates que ha cosechado, cinco fuera de casa, dejan la idea de que con un poco de fortuna, o acierto, el Racing estaría en una posición más cómoda, lejos de las arenas movedizas del descenso. Parece más cosa de acierto, porque si algo caracteriza a este equipo es su terrible falta de gol: tan sólo 22 tantos en 27 partidos. Otras cosas se adivinan de esta situación, por ejemplo, que tan sólo han ganado un partido fuera de casa (ante Osasuna) y de eso se aprovechó el Espanyol. Al final, un 3-1 justo para los locales, que miran de cerca la Champions, mientras que el Racing no deja de ver como su situación se agrava cada día más y cada día falta menos para reaccionar.