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TOROS | ALBACETE

El Juli corta dos orejas pero mereció más en Albacete

El Juli entusiasmó y ensimismó a un público dispuesto a pedirle el rabo, pero el presidente le negó una segunda oreja incomprensiblemente.

MUNDOTORO
Actualizado a

El Juli ha cortado dos orejas que pudieron haber sido más por una decisión incomprensible del palco, tras realizar la faena más significativa de la feria. Curro Díaz ha cortado una oreja en el quinto y Alejandro Talavante ha obtenido el premio en el sexto.

El Juli se ha dejado crudito al segundo, sabedor de que con la muleta iba a poder solventar cualquier problema que le presentara, como ha sido. El toro ha tenido cierta violencia, aunque ha acudido pronto y fijo al cite. En todo momento, El Juli ha mandado en la situación en series de mano muy baja con derechazos poderosos y naturales muy profundos, sin dejar que nunca le tocara la tela. Toda una lección de mente clara, valor seco y técnica impecable. El premio de una oreja hubiera sido mayor de no resultar trasera la estocada casi entera y necesitar un golpe de verduguillo. La del quinto ha sido, sin duda, la faena más meritoria de toda la Feria. El toro ha tenido cierta nobleza, pero ni en los mejores sueños del ganadero cabía pensar que se llevara tandas de naturales y derechazos tan largos, con la muleta dos palmos arrastrando por la arena, alargando la embestida como si cada pase fueran dos. A El Juli se le veía pletórico, y al público entusiasmado y ensimismado ante tal demostración de que está por encima del resto del escalafón, del actual y de los más recientes. Cuando montó la espada, en el tendido ya pedían el rabo, un trofeo que en Albacete no se concede desde hace décadas, pero nadie dudaba de la segunda oreja. La estocada por si misma ya la hubiera merecido, pero es que además se trataba de un torero que acababa de estar muy por encima de un toro al que terminó haciendo parecer de bandera. Incomprensible. El resto de trofeos cortados en la Feria pierden la mitad de su valor.

Alejandro Talavante ha perdido los trofeos por precipitarse con la espada a toro arrancado, después de una faena en la que ha emocionado tanto por la belleza de los naturales, si bien aislados por la falta de repetición en la embestida, como después por los derechazos mecidos, lentos, de enorme recorrido. El toro ha tenido una extraordinaria nobleza, aunque le ha faltado empuje. El final de la faena ha sido entre los pitones, provocando arabescos en torno a la taleguilla. Y habría que buscarle nombre al alarde de llegar a empujar el testuz, entre dos desarrolladas defensas, con la bragueta. Con pinchazo, estocada corta y tres descabellos, aviso con ovación. El que cerraba plaza, alto, grande, aparatoso, no ha ofrecido juego, aunque Talavante le ha ido arrancando muletazos sueltos que han resultado espaciosos y vistosos. La faena ha sido muy larga y de un tono menor. Con una buena estocada se ha pedido y concedido una oreja, que no hace sino aumentar el agravio de lo ocurrido con el toro anterior.

Curro Díaz se ha presentado en Albacete ante un toro que ha sido un marmolillo, de muy escasa presencia, al que ha instrumentado una labor voluntariosa que ha resultado anodina y carente de la más mínima emoción, dada la escasa presencia y comportamiento pajuno del zalduendo. Ha matado de estocada baja, para ovación. Al cuarto, un girón bien armado con más plaza, le ha cortado una oreja con una faena breve y compuesta. El toro le ha aguantado en los medios tres series, en las que ha habido empaque y temple. Rajado y huído a tablas, el resto han sido adornos por bajo llenos de plasticidad. Una estocada eficaz ha dado lugar al trofeo.