Madrid y Bayern rememoran viejos tiempos por África

Real Madrid y Bayern de Múnich se vieron las caras en el Santiago Bernbaéu para disputar un partido benéfico por África. Veteranos de ambos conjuntos participaron en el 'Corazón ClaSsic Match 2011' y el encuentro no defraudó. Se vieron goles, buen juego y se echó un dulce vistazo al pasado. Venció el Madrid pero sobre todo ganó África.

Fue el reencuentro de diferentes generaciones de leyendas madridistas con un futbolista disfrutando por un día: Rubén De la Red, al que un problema cardiaco lo alejó de su sueño tras conquistar la Eurocopa y regresar al Real Madrid, equipo de su corazón. Hoy, se vistió de corto en el día de su cumpleaños. Se reencontró con la que fue su afición y hasta saboreó la sensación de volver a marcar un gol.

Había trece Copas de Europa sobre el césped. Nueve del Real Madrid y cuatro del Bayern. Leyendas de sus clubes como Paul Breitner o Andreas Brehme ante Butragueño y Santillana. Héroes del fútbol moderno como Luis Figo, Fernando Redondo o Zidane.

El equipo madridista no escatimó a la hora de atacar. Sacó un equipo de ataque. Con Figo, Zidane, Butragueño y Santillana, el Real Madrid decidió morder desde arriba hasta ahogar a su rival. La conexión entre Zidane y Redondo lanzó al Real Madrid. El Bayern, atascado atrás, sólo podía achicar aguas. Entraban por todos los lados. Zidane tenía entre ceja y ceja los movimientos de Butragueño cuando se atacaba por el centro y las bandas resultaban dañinas para el equipo alemán por culpa de Figo y Amavisca.

Ante este panorama, poco pudo hacer el Bayern que se llevó el primer zarpazo a los diez minutos. De la Red transformó una pena máxima por mano de Augenthakler. Cinco minutos después la grada se levantó para celebrar un gran tanto tras una conexión entre Zidane y Butragueño. El francés no perdía detalle a los grandes movimientos del Buitre y se sacó un pase propio del genio que fue y sigue siendo para que el siete sellara el segundo con un movimiento igual de bueno sentando al cancerbero Junghans.

La maquinaria madridista estaba más engrasada que la alemana. Físicamente estaba un punto por encima y quisieron aprovechar el momento para poner más tierra de por medio con el tercero. Antes, De la Red lo intentó con un lanzamiento lejano pero su disparo se estrelló en el larguero. No tiró la toalla y el joven futbolista mostró su dote actoral al fingir un penalti que el colegiado se tragó. El fútbol esta vez fue justo y cancerbero Junghans adivinó el lanzamiento. A falta de cinco minutos para el descanso, la grada se llevó otro premio al poder celebrar un tanto de Fernando Carlos Redondo. El de Buenos Aires soltó un zapatazo desde la frontal y la grada lo celebró por todo lo alto. Sin duda, Redondo dejó un recuerdo imborrable en el feudo blanco.

Un minuto antes del descanso, Paulo Sergio acortó distancias para el Bayern de Múnich. La reacción alemana se esfumó a los cuarenta segundos del segundo acto cuando Alfonso aprovechó un regalo del portero del Bayern. El atacante tuvo el bonito detalle de sacar una camiseta con el nombre de Miki Roqué tras anotar el cuarto madridista. Los goles siguieron cayendo de un lado y otro y los del lado alemán fueron de bella factura. Nico Kovac dejó boquiabierta a la grada madridista con un disparo directo a la escuadra y Paulo Sergio hizo que los aficionados se tuvieran que frotar los ojos para creer lo que habían visto. Un auténtico golazo de chilena del brasileño. Ni la tromba de agua caída en Madrid desesperanzó a la afición del Bernabéu. Siguió al pie del cañón y tuvieron su recompensa con goles hasta el último minuto. Fernando Sanz saboreó un doblete y hasta Davor Suker, bien alimentado desde su retirada, se volvió con un tanto. Venció el Madrid pero sin duda hoy ganó África.